Además, se prevé también una caída de las ventas de los productos orgánicos por disminución del poder adquisitivo de los consumidores y la contracción del consumo.
“Los consumidores solían tener en cuenta variables como el origen o la variedad a la hora de escoger los productos frescos, pero ahora todo se reduce al precio. Si antes no les importaba pagar unos céntimos de más por un producto ecológico, ahora apuestan por lo convencional porque es más económico”, detalla el analista de mercados, Hans Christoph -Behr.
No obstante, este estancamiento del mercado ecológico europeo no frena las buenas perspectivas ni subestima la década de crecimiento que le precede. Agentes del sector están convencidos de que se trata de un momento puntual y que, cuando finalice la guerra y los cauces económicos vuelvan a ser estables, la demanda de los productos ecológicos volverá a repuntar.