La superficie ocupada por los invernaderos en la provincia sigue creciendo a un ritmo moderado (+0,8 %), alcanzando las 32.827 hectáreas. Sin embargo, la superficie total cultivada se contrae un -2,6 %, principalmente por la reducción de los cultivos de primavera y la tendencia a la baja de las hectáreas destinadas a la producción de tomate, situando la superficie hortícola total almeriense en las 62.992 hectáreas, según el Análisis de la Campaña 2021-2022 realizado ayer por Ana Cabrera, analista de Mercados Agroalimentarios de Plataforma Tierra (Cajamar).
Destacan, fundamentalmente, las nuevas plantaciones de pepino (+6,3 %), berenjena (+4,8 %) y pimiento (+2,2 %), impulsadas por las cotizaciones positivas obtenidas en campañas anteriores mientras que caen de forma leve el calabacín (-0,6 %) y especialmente los cultivos primaverales como melón (-24 %) y sandía (-9,3 %). Paralelamente, continúan reduciéndose las hectáreas de tomate (-2,6 %), aunque a menor ritmo que en campañas anteriores.
Además de la crisis energética y la consiguiente inflación, las inclemencias meteorológicas puntuales han influido de manera decisiva en el resto de las variables del sector. Los inusuales episodios de calima que tuvieron lugar en marzo, unidos a las lluvias primaverales y el mayor número de días nublados, provocaron una contracción de la oferta de hortalizas. Los productos más afectados por estas circunstancias fueron melón, sandía y lechuga.
La producción total de frutas y hortalizas en Almería se redujo en un 8,5 % (3.823.359 toneladas). En cuanto a la producción bajo plástico, se estima una caída del 6,7 % (3.561.056 toneladas) con respecto a la campaña anterior.
Los ingresos
La reducción de la oferta ha favorecido el incremento de los precios medios obtenidos, que crecieron un 24,8 % con respecto a 2020/21. En consecuencia, los ingresos totales se incrementan de forma notable, un 14,2 %, y cerrándose la campaña con un valor total de la producción de 2.976,9 millones de euros.
Por especies, calabacín, melón, sandía y tomate han presentado una menor producción, pero una mayor cotización media, que ha dado como resultado un incremento de los ingresos finales. De los productos con variación positiva en las cotizaciones destacan la judía verde (+46,6 %), el calabacín (+40,2 %) y el pepino (+39,4 %).
En el lado opuesto se encuentran lechuga y pimiento, con reducciones en valor del 24,1 % y del 3,4 %, respectivamente. Las mejores cotizaciones alcanzadas por la lechuga no han sido suficientes para compensar la merma productiva. En el caso del pimiento, este ha presentado descensos tanto en volumen como en precio medio e ingresos.