Las consecuencias de la inflación llegan a los bolsillos suecos y la cadena ICA cierra un trimestre con un descenso de casi el 20 por ciento de sus beneficios con respecto al mismo periodo de 2022.
La cadena es consciente de que este descenso de sus beneficios responde a un escenario donde la demanda en general de todos los productos agroalimentarios se encuentran en un escenario a la baja y que tan sólo el incremento de facturación con respecto al mismo periodo del año pasado responde a la alta inflación que se vive en Suecia.
La cadena es muy consciente de esta situación y teme que la demanda se limite sobremanera en los próximos meses, ya que «el alto nivel de inflación está siendo pesado y rápido, y tenemos que buscar muchas décadas hacia atrás para encontrar una situación como la actual», expone Nina Jönsson, CEO de ICA.
La cadena reconoce que se está ejerciendo mucha presión sobre la clientela y «nos hemos visto obligados a bajar el precio de muchos productos para mantener la rotación en los lineales tanto en Suecia como en los países bálticos».
La cadena ha tenido que bajar sus objetivos como en la crisis de 2009 porque «la inflación va a ser severa en los próximos meses, aunque estamos notando cierta relajación y esperamos que en los próximos meses podamos llevar a cabo nuestras promociones y dar respuesta a la clientela», expone Jönsson.
