La organización agraria ha señalado en un comunicado que desde 2003, agricultores y ganaderos acumulan un descenso del 8,3 % de su renta total.
El Gobierno anunció hace dos semanas que la renta agraria acabará el año en niveles récord, rozando los 30.000 millones de euros -un nuevo máximo histórico-, y recordó que este indicador ha crecido más de un 30 % desde 2012.
No obstante, desde COAG han precisado que pese a estos incrementos, también han subido notablemente los «consumos intermedios» (costes de producción) en el sector primario.
De acuerdo con sus cálculos, estos costes ascendieron durante el último año a 23.199 millones de euros, un 6,3 % más que en 2017, tanto por la subida de precios como por la mayor cantidad de producto adquirida.
Energía y lubricantes (+13 %), fertilizantes (+8 %), servicios de intermediación financiera (+7 %), semillas (+6 %) y gastos veterinarios (+5 %) fueron algunos de los capítulos que más subieron.
Desde COAG han destacado también el aumento de los costes de los piensos, que representan la mitad del gasto total.
De acuerdo con sus estimaciones, la renta agraria mejoró sobre todo por la mejora del valor de producción, hasta rondar los 53.000 millones de euros.
Los mayores incrementos se registraron en la producción de cereales (+43 %), plantas forrajeras (+25 %) y vino y mosto (+18 %).
Dentro de la ganadería, «se ha observado una evolución al alza de las cantidades producidas (+4,5 %), mientras que los precios han descendido un 1,8 %», según estas mismas fuentes.
Para revertir esta situación y conseguir que agricultores y ganaderos se beneficien en la práctica del aumento de la renta agraria, desde COAG han instado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a aprobar «medidas que ayuden a mitigar el alza» de los costes.
Ajustes a nivel fiscal (deducciones en la compra de gasóleo y fertilizantes o aplicar el tipo reducido del IVA), contratos eléctricos con tarifas específicas para el sector, el desarrollo de las energías renovables en el ámbito agrario o la creación de un observatorio para vigilar los costes y evitar «la especulación» son algunas de sus propuestas
