Según han informado fuentes de COAG, se trata de una superficie equivalente a 200 campos de fútbol, que se ha dado por perdida, 200 hectáreas «abandonadas a su suerte», ya que, a estas alturas, incluso si lloviera «habría que cortarlas y tirarlas para que salgan las próximas plantas».
Al no tener agua para regar, se ha decidido dejarlas sin recolectar, porque “la alcachofa hay que cortarla para que salga la nueva, pero esta en concreto hay que tirarla, porque tiene mal aspecto, está manchada por la falta de agua y poco uniforme”, de modo que se ha optado por perder la producción.
Las mismas fuentes han señalado que algo similar está pasando con algunas plantaciones de brócoli, y ha citado que “la falta de precipitaciones y la sequía han provocado que los agricultores aventureros, que se atrevieron en el mes de septiembre a sembrar, abandonen sus cultivos”.