Nunca estuvimos en esta situación en el Algarve», alertó el vicepresidente de la Agencia Portuguesa de Ambiente (APA), José Pimenta Machado, que destacó que la capacidad de los embalses está en apenas el 25 %.
Tras uno de los años más cálidos de la historia a nivel de temperaturas, el panorama en los acuíferos tampoco es prometedor y las reservas están en mínimos históricos.
La preocupación también se extiende a la región vecina del sudoeste del Alentejo, con un embalse en mínimos que da servicio a Odemira, una de las zonas agrícolas más importantes del país.
Restricciones
La APA prepara un plan de contingencia «muy exigente» para hacer frente a esta situación crítica con restricciones al uso del agua en el Algarve, sobre todo en la agricultura, que será presentado en las próximas semanas después de realizar una ronda de consultas con los actores locales.
Aunque Pimenta Machado no confirmó cifras, medios locales han avanzado que los recortes podrán llegar al 70 % en la agricultura y al 15 % en el consumo urbano.
Los números han caído como un jarro de agua fría sobre los agricultores, que arrastran años de desesperación por la falta de agua, porque el Algarve acumula una década de lluvia por debajo de la media.
«No es una sequía de uno o dos años. Es una sequía de diez años», insistió el vicepresidente de la APA, que recordó que los modelos auguran que las precipitaciones sigan reduciéndose en los próximos años, entre el 25 y el 30 %.