La persistente sequía ha llevado el balance agrario de Málaga a una «nueva debacle» este año, con una caída de la facturación de la mayoría de los sectores, que ha amortiguado el olivar, con una baja producción pero con un precio récord del aceite de oliva y la aceituna de mesa, según la organización agraria Asaja.
La facturación agraria malagueña se sitúa este año en 672,30 millones de euros, lo que supone un ligero ascenso del 3,27 % (21,2 millones en términos absolutos) respecto al «desastre» de los 651,04 millones de la pasada campaña.
El resultado refleja, según la organización, las enormes dificultades que atraviesan los agricultores y ganaderos, afectados por la sequía, el incremento de los costes de producción, la «competencia desleal» de mercados exteriores y la «falta de medidas efectivas» que alivien su situación.
Aunque las lluvias de octubre y noviembre resultaron perjudiciales en algunas zonas de la provincia, otras se vieron beneficiadas, con lo cual Asaja hace un balance de estas precipitaciones «netamente positivo».
Gran handicap
El acceso al agua es el «gran hándicap» de la agricultura malagueña, ya que supone una dependencia respecto a las «escasas e irregulares lluvias». «Hacen falta obras e instalaciones para acumular agua, regenerar el agua depurada para poder ser usada y desalar la necesaria para evitar las carencias», reclama.
La agricultura concluye el año con una facturación de 541,52 millones, un 6,58 % más.
La facturación total de frutas y hortalizas ha sido «la peor de la serie», con un montante total de 238,06 millones de euros, un 12,24 % menos que el año anterior, frente a una media de facturación entre 2010 y 2024 de 343,29 millones de euros, con un descenso de la facturación de un 38,9 % desde 2020.
Cultivos subtropicales
Los cultivos subtropicales han producido una cantidad ligeramente inferior a 2023, pasando su facturación de ser de 85,08 millones de euros, a los 83,6 actuales.
El aguacate evidencia los efectos de la sequía, al pasar de las 26.600 toneladas de 2023 a las 22.500 de este año, lo que ha tenido su reflejo en la facturación, que baja un 6,7 % hasta los 63 millones de euros.
Los cítricos sufren una caída interanual del 12 %, en un sector que vive una «ruina absoluta» debido a la competencia de las importaciones y la «nefasta» campaña de limón.
El olivar, a la cabeza
El olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia, con más de 135.000 hectáreas, y destaca sobre los demás cultivos con una facturación que supone el 50 % del total agrario.
En el caso del aceite de oliva se ha producido la campaña más baja del siglo, con 31.014 toneladas, con la facturación más alta de la serie, de 227,95 millones de euros. Por su parte, la producción de la aceituna de mesa desciende de 50.526 toneladas en 2023 a 35.105 toneladas en 2024, si bien su facturación asciende hasta los 40,37 millones.