La campaña de cítricos 2023/24 se ha caracterizado por disponer de escasas dotaciones de agua para el riego, por unas elevadas temperaturas durante la floración, el cuajado y en etapas posteriores, así como por un aumento de los costes de producción. Concretamente, la naranja ha sido especialmente perjudicada por las condiciones desfavorables durante el cuajado.
El comienzo de la campaña estuvo retrasado (en algunos casos hasta en veinte días) debido a la falta de calibre y retraso en el envero de la fruta, como consecuencia de las altas temperaturas, la escasez de agua y la
ausencia de contraste térmico. Fue a mediados del mes de octubre cuando comenzaron a recolectarse las parcelas de cítricos más adelantadas: variedades extra-tempranas de naranjas y mandarinas.
Calibres pequeños y medianos
En general, la producción se ha visto afectada tanto en el volumen como en el calibre de la fruta, predominando en muchas plantaciones andaluzas los calibres medianos o pequeños, lo que ha dificultado su comercialización.
El aumento de los costes de producción ha repercutido en muchos casos en una reducción en las labores del cultivo, principalmente en el abonado o en algunos tratamientos fitosanitarios.
Las lluvias intensas ocasionadas por la borrasca Bernard (octubre de 2023) y las temperaturas cálidas pusieron en alerta al campo andaluz que se vio obligado a aplicar tratamientos fúngicos ante una posible proliferación de hongos, daños por aguado y podredumbre de frutos. Así mismo, las intensas lluvias y vientos fuertes que trajo la borrasca provocaron algunos daños y caída de frutos en plantaciones de Andalucía occidental.
Aunque el inicio de la campaña de comercialización 2023/24 estuvo marcado por una demanda lenta o pausada (más acusada en el caso del limón), como consecuencia del retraso en la madurez de la fruta y de una recolección condicionada por las continuas lluvias, la comercialización de cítricos en la primera parte de la campaña se adelantó, desarrollándose con mejores resultados que los obtenidos en la segunda parte.
En la primera parte de la campaña existieron unas condiciones favorables para la comercialización y se llegaron a alcanzar cotizaciones de naranja y mandarina superiores a las registradas en campañas precedentes. El mercado estaba menos saturado, debido a un descenso generalizado del rendimiento de las plantaciones del hemisferio Norte, así como a una reducción en las exportaciones de cítricos provenientes de ultramar. Esta reducción en las exportaciones de ultramar fue consecuencia, en parte, del aumento de los costes en el flete marítimo, como consecuencia de las condiciones de frío impuestas por la UE a determinados países para evitar la entrada de la plaga Thaumatotibia Leucotreta, también conocida como falsa polilla.
Campaña difícil para el limón
El sector del limón ha afrontado una campaña difícil debido a su falta de rentabilidad. Las cotizaciones han registrado valores inferiores a las de campañas precedentes, prácticamente desde el inicio de la campaña, acusándose conforme ésta avanzaba. A ello se unió una producción resentida como consecuencia de la falta de agua prolongada y una subida en los costes de producción.
La comercialización de cítricos en la segunda parte de la campaña fue más resentida, con una demanda ralentizada y, en ocasiones, estancada con respecto a otras campañas. Egipto y Turquía incrementaron su oferta de cítricos en Europa, debido a que el cierre de fronteras como consecuencia del conflicto del Mar Rojo propició que su producción, normalmente dirigida al mercado asiático, fuese derivada al mercado europeo.
Sus cotizaciones, inferiores a las europeas, los posicionaban como competidores en el mercado europeo e internacional.
Protestas agricultores
En la comercialización de cítricos también tuvieron una influencia negativa las restricciones de circulación de vehículos pesados iniciadas a final del mes de enero en el territorio francés, como medida de protesta del sector agrario francés ante las nuevas políticas fiscales y medioambientales francesas. A estas movilizaciones se unieron las protestas del sector agrario español, dificultando la circulación por la red nacional de carreteras.
Todo ello también influyó en el almacenamiento y la recolección de cítricos se vieron afectadas indirectamente.
Finalmente, las temperaturas cálidas durante la segunda parte de la campaña no favorecieron el consumo de cítricos, favoreciendo un adelanto de la campaña de fruta de hueso, lo que propició un incremento en la variedad de fruta ofertada en el mercado.