El gobierno de Theresa May ha puesto en marcha una nueva norma que establece el incremento de impuestos a los trabajadores agrarios si superan cierto nivel de ingresos. Esto ha provocado que cuando los operarios y jornaleros del campo llegan al límite establecido, abandonan el campo y vuelven a sus hogares.
La situación es complicada ya que hay productores y empresas que se están quedando con la cosecha de manzanas o peras sin recoger. Para muchos, la noticia es un dolor de cabeza y genera una incertidumbre mayor que la del Brexit, ya que «los productores abandonan la campaña a mitad de temporada y resulta complicado reclutar nuevos trabajadores cuando la campaña ya ha comenzado», señala Oliver Davies, productor de la firma Berry S&A al portal FPJ.
El profesional John Hardman advierte que otros sectores en Reino Unido pagan mejores salarios y además hay escasez de mano de obra. «Hay empresas que están trabajando con un 20 por ciento menos de personal y echando 60 horas a la semana en campañas como la fruta de pepita, que necesitas realizar la recolección en pocas semanas y no cabe la posibilidad de aguantar el fruto en el árbol», apunta Hardman.