53.000 toneladas es la pérdida de producción platanera de la isla La Palma a consecuencia de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, y que dejó 500 hectáreas improductivas o aisladas por la lava.
Esta producción no recolectada supone el 40 por ciento de la oferta, ya que el cierre productivo se encuentra habitualmente en 130.000 toneladas, que dan empleo a 11.000 personas en un isla de 85.000 habitantes.
La Palma cuenta con un censo de 5.300 productores de plátanos, que facilitan el 32 por ciento de los plátanos que se producen en las Islas Canarias.
La superficie sin viabilidad ha quedado cifrada en unas 600 hectáreas que se distinguen en dos tipos. «Aquellas que quedaron aisladas entre coladas o sin acceso de personas o servicios, como por ejemplo el riego, y, por otro lado, las que quedaron sepultadas por la lava», señalan desde Asprocan.
De estas 600 hectáreas, 217 hectáreas quedaron sepultadas además de 600 familias productoras, que se mantienen gracias a las ayudas percibidas para compensar la fruta perdida entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 y las ayudas comunitarias POSEI.
Escenario
«Ha pasado un año», señalan desde Asprocan, y «los productores afectados requieren, en primer lugar, asegurar sus ingresos de fondos comunitarios hasta 2027 para todos aquellos que se comprometan fielmente con la recuperación del cultivo en la isla», señalan.
Y «finalizar la valoración urgente de las propiedades de origen de todos ellos para anticipar la posterior reordenación y recuperación de los terrenos ya que, a día de hoy, ninguno de ellos ha percibido ningún tipo de compensación por la pérdida material que tuvo por la catástrofe«, apuntan desde Asprocan.
Desde el colectivo se señala que «la situación anímica de los plataneros y en general de los afectados hace mella de forma profunda. Su medio de vida ha sido destruido y la previsión de recuperación no termina de concretarse», denuncian desde Asprocan.
El sector no duda de que habrá nuevas ayudas para compensar las pérdidas de producción para «los productores que deben pasar otro año sin cultivo, pero necesitan volver al trabajo y vivir de su actividad», señalan desde Asprocan.
Para el sector, la pérdida de producción le enfrentará un año más a nuevas pérdidas de competitividad frente a las importaciones de banana de terceros países.
En todo este contexto, Domingo Martín, presidente de Asprocan señala que “nuestra prioridad indiscutible es la recuperación del cultivo en La Palma, y estamos volcados en trabajar y colaborar con todas las instituciones para que todos los agricultores afectados puedan recuperar su medio de vida”.