La Interprofesional ha señalado que los agricultores deben tener también en cuenta otros factores añadidos, como la escasez de la mano de obra para la recolección y los posibles brotes de coronavirus que se puedan dar en las explotaciones agrarias.
El año 2020, ha recordado, estuvo marcado por una superficie de siembra en la región de más 5.800 hectáreas de melón y 2.700 de sandía, experimentando una ligera bajada con respecto al año anterior.
En términos de producción, la campaña terminó con unas 220.000 toneladas recolectadas de melón y 180.000 toneladas en el caso de la sandía.
Las medidas de prevención por parte de la parte del sector productor, reduciendo las cantidades, fueron buenas para que la campaña pasada no existieran fluctuaciones en los precios, ha reconocido la interprofesional.
Por ello, ha vuelto a aconsejar la programación escalonada de siembras y reajustes en las superficies, pues nuevamente los agricultores se enfrentarán a un año atípico que sigue arrastrando las consecuencias de la crisis sanitaria motivada por la covid-19.
Una de las prioridades para la Interprofesional es ajustar lo máximo posible la superficie de siembra a la demanda final.
El presidente de la Interprofesional, Cristóbal Jiménez, ha pedido al sector seguir manteniendo la moderación y ha incidido en que la prudencia con la que se actuó la campaña pasada fue todo un acierto.