Así se desprende del informe económico anual divulgado hoy por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), que destaca los «registros históricos» alcanzados durante el pasado ejercicio y subraya que las cifras le permiten consolidarse como primer sector industrial de España.
El valor de la producción de los fabricantes de alimentos y bebidas alcanzó los 102.313 millones de euros, lo que supone un aumento del 2,9 %, más del doble del observado en 2016 (+1,3 %).
Del total, 30.650 millones de euros procedieron de las ventas al exterior, un capítulo en el que España sube desde hace años y cuyo crecimiento le permitió en 2017 escalar una posición en la clasificación de países exportadores de la Unión Europea (UE), adelantando a Bélgica y situándose en el quinto puesto.
«Probablemente superaremos a Italia -cuarto en esta misma lista- a finales de este año o al que viene, porque sus exportaciones crecen al 1 % y nosotros al 9 %», ha pronosticado en su intervención el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo.
La industria alimentaria es el segundo sector que más contribuye al superávit comercial del país, con 8.200 millones de euros de diferencia entre el valor de las exportaciones y las importaciones.
Francia (4.730 millones de euros), Italia (3.999 millones) y Portugal (3.428 millones) son los países que más alimentos y bebidas compran a España, muy por delante de Reino Unido (1.955 millones) y Alemania (1.735 millones).
El foco de la industria está colocado en reducir la dependencia de la UE, para lo que se trabaja en reforzar las ventas a países como EE.UU. (1.659 millones en 2017) o China (1.000 millones).
En 2017, según el informe, uno de los mercados que más creció en términos proporcionales fue Marruecos, con un alza superior al 40 %.
Por productos, las ventas de carne de cerdo y sus derivados sobrepasaron los 4.700 millones de euros, con el aceite de oliva (3.931 millones), pescado y derivados (3.463 millones), vino (2.962 millones) y conservas vegetales (1.511 millones) a continuación.
García de Quevedo, no obstante, ha incidido en que cada día son más empresas y más sectores alimentarios los que se lanzan a exportar, y ha citado el caso de las compañías productoras de dulces, productos lácteos, zumos o aceitunas.
«El año 2017 ha sido francamente bueno, el sector ha seguido batiendo récords y es reflejo de la potencia y capacidad de esta industria», ha subrayado por su parte el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz.
En términos nacionales, el informe cita que el gasto en alimentación dentro del hogar se situó en 67.600 millones de euros el pasado año (+0,8 %), frente a los 36.000 millones dirigidos a consumir en bares y restaurantes (+2,5 %).
En materia de empleo, la industria cerró el ejercicio con más de 414.600 afiliados a la Seguridad Social -13.000 más que en 2016-, 367.000 en empresas de alimentación y las restantes 47.600, en el segmento de bebidas.
Pese a este incremento, el número de ocupados en las empresas fabricantes de bebidas sigue lejos de los niveles de hace una década, cuando empleaba a 55.900 personas.
La directora de Estudios Económicos de FIAB, Nelly González, ha explicado que la temporalidad es alta dentro del sector debido a que incluye productos muy estacionales (como los helados o el turrón), con una tasa que oscila entre el 27 y el 32 %.
El sector está compuesto por más de 29.000 empresas y se encuentra «atomizado», y desde la patronal reclaman la necesidad que las grandes empresas de la industria ganen peso para tener un efecto «motor».
