Así se desprende de los últimos datos difundidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de los «Índices de precios pagados por los agricultores», que toman como base los datos medios registrados en 2015.
En enero de 2020, la factura pagada por el agricultor en concepto de energía se situó un 5,23 % por debajo de la del mismo mes de 2019, ya que la caída del precio de electricidad (-19,02 %) compensó la subida de carburantes (+6,48 %) y lubricantes (+0,29 %).
El resto de inputs agrícolas y ganaderos también registraron en enero un menor coste en su tasa anual, excepto los productos fitopatológicos (+0,19 %); servicios veterinarios (+0,51 %), conservación y reparación de maquinaria (+1,45 %); material y pequeño utillaje (+2,31 %) y gastos generales (+0,93 %).
Tras la energía, el mayor ahorro interanual fue en la compra de semillas y plantones (-3,80 %), fertilizantes (-1,59 %) y conservación y reparación de edificios (-0,64 %).
Respecto a 2015, ha bajado el precio medio que los agricultores han pagado por la electricidad (-10,81 %), fertilizantes (-3,54 %) y piensos para el ganado (-0,65 %); y ha repuntado los de carburantes (+17,86 %) y plantones (+15,14 %).