Así se desprende de una jornada sobre este tipo de alimentos organizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación celebrada hoy, en la que diferentes expertos han reconocido que las etiquetas «eco», «bio» y orgánico -que sí son sinónimas- se entremezclan con conceptos que nada tienen que ver, como dieta mediterránea, comida de kilómetro cero o sin intermediarios.
Durante el acto se han presentado dos estudios sobre este sector elaborados por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), que revelan que el 44 % de los españoles dice haber comprado productos ecológicos durante el último mes, y casi la mitad de ellos en la última semana.
«Hablamos de lo que declara el consumidor, no es un dato real porque la gente confunde y mezcla términos, en parte porque -desde el sector- no se lo ponemos fácil. Pero es una cifra muy explicativa para entender hacia dónde vamos», ha destacado el autor del mismo, Xavier Cros, quien ha recordado que mercados como Francia o Alemania están más desarrollados en este segmento.
La encuesta, basada en más de mil entrevistas, apunta a que el 68 % de ellos lo hicieron porque creen que los alimentos ecológicos son «más saludables» y les ayudan «a prevenir enfermedades».
Sin embargo, el subdirector general de Calidad Diferenciada y Agricultura Ecológica del Ministerio, Francisco Javier Maté, ha subrayado que los estudios científicos apuntan a que no hay pruebas de que este tipo de productos sean mejores en términos nutricionales ni tampoco en cuestión de cualidades organolépticas, por lo ha abogado por «ser cuidadosos y no levantar falsas expectativas».
Otro tema controvertido y que ha sido protagonista durante el turno de preguntas es si la producción ecológica es más o menos sostenible que la tradicional, ya que pese a que exige no utilizar pesticidas y otro tipo de sustancias químicas, exige más recursos -agua y espacio, entre otros-.
España es líder a nivel europeo en producción ecológica con una superficie dedicada a estos cultivos que en 2018 creció más de un 5 %, por lo que se sitúa por encima de los 2,1 millones de hectáreas.
Además, en el país hay registrados más de 40.000 operadores de este tipo de productos entre agricultores, industriales y distribuidores.
Según el informe de Aecoc, el 45 % de los consumidores prevé elevar su compra de alimentos ecológicos el próximo año, productos que suponen ya un 31 % de la cesta para estos compradores en volumen y representan, a su vez, un 36 % de su gasto en comida.
Esta diferencia se explica porque lo «eco» suele tener un precio más elevado que el normal, aunque el diferencial es cada vez menor debido a que las cadenas de supermercados están apostando con fuerza por esta tendencia y lo están «democratizando».
«Es una de las pocas tendencias dentro del mundo de la alimentación en la que el consumidor reconoce que está dispuesto a pagar más», ha explicado el autor del estudio.
La aparición de secciones dedicadas a este tipo de alimentos en las tiendas -incluso en las pequeñas-, de supermercados enfocados en esta clase de productos únicamente y la expansión de cadenas especializadas en el mundo «eco» son reflejo de que el sector de la distribución ve en esta vía una forma de generar cada vez más ingresos.
Desde Aecoc han precisado que dentro de esta tendencia se observan cuatro tipos de perfiles de consumidor: el saludable (57 %); el «ecoauténtico», preocupado por cuidarse a sí mismo pero también a la naturaleza (26 %); el que lo hace por moda (12 %); y el sibarita (6 %), quien considera estas referencias más «gourmet» y de calidad.