La campaña se iniciaba con un poco de retraso respecto a la anterior, pero con precios altos y mayores volúmenes de producción debido a un incremento del rendimiento en
campo.
Desde mediados de septiembre a mediados de noviembre se comercializaba el 65% de la producción obteniéndose un precio de 0,86€/kg, lo que supone un supone un 21% más con respecto a la campaña anterior, según el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía.
La campaña de primavera pintaba mejor, ya que empezaba con un nivel alto de precios, hasta que el Covid 19 frenó la escalada.
El Covid 19 provocó un cambio en el comportamiento de los consumidores, que redujeron su demanda tanto nacional como internacional.
Los consumidores optaron por comprar fruta menos perecedera y la chirimoya es una fruta que es muy perecedera. «La preferencia hacia productos de mayor vida útil afectó al flujo de la chirimoya», señalan desde el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía.
El mercado español sigue siendo el más importante para el consumo de la chirimoya. Los operadores de esta fruta subtropical señala que el 75-80 por ciento de la oferta va hacia clientes de España.