Por ejemplo, según datos de la Fundación Aquae, hacen falta 15.400 litros de agua para producir 1 kilo de ternera y 8.700 litros para 1 kg. de cordero. La industria cárnica es una gran consumidora de agua. Pero hay otras cifras llamativas: medio kilo de mantequilla necesita unos 2.700 litros de agua para su elaboración y medio kilo de queso, 2.500 litros, mientras que una sola hamburguesa requiere 2.400 litros.
Según los expertos, mantener una dieta mediterránea favorece una menor huella hídrica en los hogares, ya que se da protagonismo a alimentos que requieren menos agua, como el pescado o las frutas y verduras. Por ejemplo, la producción de una naranja requiere 50 litros; una patata, 25 litros; y una lechuga o un tomate necesitan 13 litros de agua en todo su proceso de cultivo, almacenamiento, transporte…
Son cifras que invitan a tomar conciencia del impacto de la actividad del hombre sobre el medioambiente. Unos efectos que la responsabilidad de consumidores y productores puede minimizar. Es el caso de VI.P- Val Venosta, asociación en la que se incluyen siete cooperativas situadas en los Alpes Italianos, con 5.200 hectáreas que trabajan 1.700 agricultores bajo una filosofía de máximo respeto a la naturaleza de este enclave y de sus cultivos.
Este colectivo es uno de los mayores productores de manzana europeos y ha logrado reducir su huella hídrica un 86% respecto a la media. Para producir un kilo de sus Manzanas Val Venosta, compuesto por 5-6 piezas, vendidas a granel y consumidas en fresco, se requieren 63 litros de agua. Mientras que, siguiendo los métodos de producción estándar, una sola manzana requiere un promedio de 70 litros.
Este drástico ahorro es posible gracias al estricto control que la asociación aplica en todas las fases del proceso productivo, empezando por el campo.
Las 5.200 hectáreas de cultivo de VI.P se encuentran en los Alpes Italianos, un enclave privilegiado para la producción de manzanas gracias al clima seco y la escasez de lluvias. Desde los glaciares y montañas, una compleja red suministra agua dulce a los campos. Y los agricultores de la asociación de cooperativas utilizan este preciado recurso natural de manera eficiente. Están implantando sistemas de riego por goteo, optimizando el suministro de agua para la mitad de sus manzanos. Y utilizan técnicas de cultivo integrado, más respetuosas con el entorno y los frutos.
También han implementado tecnología para reducir el consumo de energía en sus plantas de almacenaje, donde vigilan el consumo hídrico y utilizan agua especialmente preparada para respetar la naturalidad de sus manzanas. Son políticas de compromiso con el medioambiente en línea con las corrientes de consumo responsable, cada vez más potentes en Europa, que apuestan por modelos de vida y de producción sostenibles.
Información corporativa Manzanas Val Venosta
La Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta, VI.P, nace en 1990 y está formada por siete cooperativas y más de 1.720 productores que cultivan más de 5.200 hectáreas en el Valle Venosta, ubicado en los Alpes Italianos.
El microclima especial del valle (300 días de sol al año; fuerte fluctuación de temperaturas entre el día y la noche; y la altitud a la que se cultivan las manzanas –entre los 500 y los 1.000 metros-) y su naturaleza ofrecen las condiciones perfectas para el cultivo de manzanas de alta calidad, aromáticas, de sabor dulce y equilibrado, piel fina y particularmente crujientes durante todo el año.
El 92% de la producción de VI.P se obtiene aplicando técnicas de cultivo integrado, que reducen al mínimo el uso de pesticidas químicos y prohíben los tratamientos químicos tras la cosecha. Una forma de cultivar respetuosa con el medio ambiente, la naturalidad de los frutos y la salud humana. El 8% restante de su producción es biológica. Esta línea, BIO Val Venosta, tiene una cosecha media que supera las 25.000 Tn y tiene como principales mercados Italia y Alemania.
Mientras que Manzanas Val Venosta recolecta una media de 350.000 toneladas cada temporada y las comercializa en 50 mercados internacionales entre los que destacan Italia (absorbe el 50% de la producción), Alemania, Escandinavia, Países del Este, Norte de África y Oriente Medio además de España, que representa aproximadamente el 10% de sus ventas.