La central de compras de alimentos y bebidas IFA cerró el pasado ejercicio con un beneficio neto de 3,76 millones de euros, un 1,32 % más que en 2023, tras alcanzar una facturación de 1.191,5 millones de euros (+5,87 %) y un resultado de explotación de 4,82 millones (+0,16 %).
Así lo han apuntado este jueves fuentes de la compañía tras la presentación de los resultados en su Junta general de accionistas, que han explicado que la facturación global consolidada de las cadenas de distribución a las que suministra productos alcanzó la cifra «histórica» de 43.245 millones de euros (+9,6 %).
De esa cantidad, 19.195 millones (+5,6 %) corresponden a España, donde IFA suministra alimentos y bebidas a 6.406 tiendas integradas en cadenas de distribución con las que está asociada, entre las que se encuentran, entre otras, Ahorramás, Alimerka, Gadisa, Leclerc, Dinosol, Bon Preu, Unide, Unagras o Supermercados Dani.
IFA tiene acuerdos para proveer a 11.710 puntos de venta con una suma de superficie de sala de ventas de 7,4 millones de metros cuadrados; además de las tiendas en España, suministra productos alimenticios a otras 3.407 tiendas de Sonae en Portugal y a 1.897 tiendas de Vegé en Italia.
Solidez
Desde la central han destacado la «solidez» de su modelo de negocio, que apuesta por «la calidad, la amplitud de surtido y una estrecha colaboración estratégica con las marcas de fabricante», que representan el 77 % de sus ventas totales, 15 puntos porcentuales más que en el resto del mercado.
En cuanto a la evolución de IFA y la distribución alimentaria durante este primer semestre de 2025, han indicado a Efeagro que su evolución es «positiva», con crecimientos en ventas de sus asociados del 5,7 % hasta mayo, una cifra «muy sólida y esperanzadora» para un «sector maduro» como es el que agrupa esta actividad.
De cara al conjunto del ejercicio 2025, la central de compras ha subrayado que su objetivo es seguir consolidando tanto su crecimiento como la capilaridad de su red y avanzar en los ejes estratégicos del grupo, que pasan por la innovación, la eficiencia, la sostenibilidad y la digitalización.
Presión en los márgenes
Para IFA, el sector de la distribución alimentaria en España «ha demostrado una gran capacidad de adaptación en un contexto muy complejo» ya que, «tras un periodo marcado por fuertes tensiones inflacionistas, la moderación de los precios ha supuesto para el consumidor un cierto alivio».
A pesar de ello -han continuado- «el entorno sigue siendo exigente, tanto para los clientes como para los diferentes agentes del sector», con un «consumidor cada vez más informado, consciente y racional con sus decisiones de compra».
Han reconocido que «la presión en los márgenes continúa siendo significativa», lo que obliga al sector de la distribución alimentaria a «redoblar los esfuerzos en competitividad, sin renunciar a la calidad ni al compromiso con los proveedores locales».
Ante esta situación, IFA ha considerado «fundamental» que el sector cuente con «un marco regulatorio estable y proporcionado» tras el incremento de las cargas normativas de los últimos año que, según han explicado, se han producido «muchas veces» de forma «solapada y poco coordinada», lo que ha supuesto una «presión añadida».
A su juicio, los principales retos del sector de la distribución alimentaria pasan por «la eficiencia en la gestión de costes, la sostenibilidad, la atracción y retención del talento y el desafío de continuar evolucionando en materia de innovación para adaptarse a las cada vez más sofisticadas experiencias de compra».