“Esta verdura se caracteriza por su efecto prebiótico, mejorando el estado de salud del intestino en general, así como las molestias digestivas y el tracto intestinal, por lo que se podría decir que ayuda en dicho cometido”, afirma Alma Mª Palau Ferrer, la presidenta del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas de España (CGDNE).
Según indica la profesional entrevistada, esta conclusión se basa en un último estudio realizado al respecto en 2010, el cual indica que la ingesta diaria de VLCI – inulina de cadena muy larga – extraída de la alcachofa tiene beneficios pronunciados en la composición de la microbiota fecal humana – conjunto de microorganismos localizados en las heces –.
Así, esta verdura contribuye a la lucha contra el tercer cáncer más frecuente entre los hombres y el segundo en mujeres, conforme a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). De hecho, las cifras más recientes ofrecidas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) hablan de una incidencia superior a 30.000 casos cada año en España.
Sin embargo, la acción de la alcachofa sobre el sistema digestivo no concluye ahí. Siguiendo con las palabras de la presidenta del CGDNE: “También existe otro informe de 2003 que relaciona el consumo de alcachofa con la mejoría de la dispepsia funcional, un conjunto de molestias abdominales persistentes o recurrentes localizadas en el abdomen superior o alrededor del estómago, produciendo eructación, flatulencia, sensación de plenitud, saciedad precoz y náuseas”. Ello se suma, por tanto, a las demás virtudes que la asociación Alcachofa de España viene difundiendo de un tiempo a esta parte, como el poder diurético y depurativo de esta verdura por la cinarina, por ejemplo.
