Entre los que cita la tesis de José Ángel Zabala está la seguridad alimentaria, la regulación de la temperatura, el sustento a la biodiversidad y el entorno atractivo para actividades de ocio y recreo con los que «el valor de no-mercado de esos servicios ecosistémicos asciende a más de 350 millones de euros anuales, el 22 % del valor añadido bruto de la agricultura regional”.
El catedrático de Economía Agraria Francisco José Alcón, codirector del trabajo junto a José Miguel Martínez Paz, ha apuntado que los resultados de la tesis dan soporte al diseño de políticas agrícolas que aseguren la disponibilidad de recursos hídricos y fomenten su uso eficiente y minimizan el impacto de la actividad en los ecosistemas que la rodean “para que así obtengan un apoyo social generalizado”