La interprofesional de frutas y hortalizas de Andalucía, HortyFruta, ha anunciado hoy que el 1 de septiembre se pondrá en marcha la extensión de norma, herramienta que permitirá a esta entidad obligar al sector hortofrutícola, en momentos de crisis de precios, a retirar y no comercializar las segundas categorías.
Según ha indicado HortyFruta en una nota, este jueves se publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la extensión de norma solicitada por la interprofesional, último paso necesario para la entrada en vigor de esta herramienta que vendrá a «aportar calidad y valor a los productos hortofrutícolas andaluces».
La entidad ha mostrado su «satisfacción» y ha agradecido su «implicación» en este proyecto a la consejera de Agricultura, Carmen Crespo.
«Desde HortyFruta se ha dado un paso muy importante, en colaboración con la Consejería, para lograr que el sector hortofrutícola bajo invernadero de Andalucía tenga a disposición la Extensión de Norma de Calidad. Desde aquí animo al sector a estar proactivo para que este mecanismo dé sus frutos y a partir de la próxima campaña nos ayude a mejorar la calidad de nuestras producciones y con ello su valor”, afirma Francisco Góngora, presidente de la interprofesional.
A partir del próximo 1 de septiembre y hasta el 31 de agosto de 2025, HortyFruta tendrá luz verde para activar la Extensión de Norma. «En el seno de esta Interprofesional tenemos todo articulado para poder aplicar esta herramienta, así como también deseamos no tener que ponerla en práctica ya que esto será síntoma inequívoco de que nuestros productos gozarán de la máxima calidad», ha incidido Góngora.
Ha precisado que también se ha elaborado un manual de crisis de calidad en el que quedan recogidas las condiciones en las que se va a considerar la situación de crisis de calidad, así como las acciones a realizar en esta situación de modo que se pueda responder «eficazmente para que el impacto sea el menor posible».
Además, con el fin de detectar las alertas de crisis de calidad ha establecido un procedimiento de evaluación periódica del estado de calidades y precios en origen, para analizar la existencia de crisis donde sobrepasen los umbrales mínimos fijados que afecten a la percepción del producto por parte del consumidor, así como a la rentabilidad del agricultor y, por ende, a la viabilidad presente y futura de su actividad