Los primeros datos facilitados por Agreste señalan que la superficie de hoja en Francia durante 2025 fue de 6.840 hectáreas, lo que supuso un incremento del uno por ciento con respecto a los datos de la campaña pasada.
La cosecha de lechuga alcanzó las 427 millones de lechugas, lo que supuso 10 millones de cabezas más que en la campaña anterior.
Pero fueron 10 millones de cabezas más que sobraron, porque la demanda no respondió y el precio de liquidación fue un 33 por ciento inferior al ejercicio 2024 y un 4 por ciento menor que el promedio de los últimos 5 años.
La demanda de junio fue muy débil, por lo que los productores se vieron obligados a destruir partidas destinadas al mercado.
Agosto tuvo precios elevados, pero no por la demanda, sino porque el sol se comió muchas lechugas por el incremento de las temperaturas, y la débil demanda superó a la oferta.
Septiembre también fue agradable en las liquidaciones, ya que el clima fresco y húmedo provocó escasez de oferta y la demanda siguió débil, pero los precios volvieron a la normalidad.
Francia no pudo recurrir a las exportaciones, porque entre mayo y agosto las expediciones se desplomaron y se quedaron en 5.800 toneladas, lo que representó un descenso del 13 por ciento.
Con una demanda baja, las importaciones también descendieron a las 25.500 toneladas en el mismo periodo, lo que supuso un descenso del 3 por ciento.
