El fundador de la firma Koppert, Peter Koppert, falleció hace dos días a la edad de 73 años. El fundador y visionario permaneció involucrado con su proyecto hasta unas semanas antes de su muerte el pasado 20 de junio como miembro del Consejo Asesor.
La firma señala que con la muerte de Peter «perdemos a nuestro fundador, un cariñoso esposo, padre, abuelo y hermano y deja un profundo vacío en nuestros corazones».
La vida de Peter en la agricultura agrícola empieza en la actividad del pepino a temprana edad con su padre en la búsqueda de alternativas al control químico de plagas, trabajando en soluciones naturales.
Peter, junto a su esposa Diny, desarrollaron el control biológico de plagas en el cultivo de pepino y en los invernaderos de los horticultores cercanos a su invernadero.
Peter entra en el negocio decididamente cuando su padre fallece, y junto con su hermano Paul y su primo Henri, desarrollan el negocio, hasta ubicar a Koppert como líder en el segmento del control biológico.
El legado de Peter Koppert es cuestión de siglos. Desde la firma Koppert se recuerda que «su legado vivirá en los corazones de los que lo conocieron y trabajaron con él».
Peter será recordado como «un visionario con una personalidad cercana, en la que demostró que una empresa vive de conexiones interpersonales y de tener un impacto positivo». Este es el ADN de Koppert, donde «su visión y pasión han dado forma a Koppert y seguirá siendo una fuente de inspiración para todos nosotros», señalan desde la firma.