Así lo ha destacado, en declaraciones a Efe, el presidente del Consejo Regulador de la DO, Manuel Infante, quien ha remarcado, además, que el haber contado con una meteorología ajustada a los tiempos de la uva ha permitido que los racimos no se vean afectados como enfermedades como el mildiu, que hace dos años causó pérdidas de alrededor del 40 por ciento.
Tampoco se han visto atacados, según ha explicado, por el hongo oidio, conocido como cenizo o ceniza en el Condado onubense, por lo que «la previsión es que será un año bastante bueno».
Infante ha señalado además que el fruto cuenta con «bastante reserva hídrica», debido a las lluvias, y que se está esperando a que termine de madurar, algo que «está haciendo lentamente», por lo que se prevé que este año la vendimia comience alrededor de un mes más tarde que en 2017.
De esta forma, y al margen de algunas sacas que se han hecho en determinadas fincas de variedades como Moscatel, se estima que la recolección se las variedades tintas y las blancas tempranas se comience la primera semana de septiembre y ya al final arranque la de la Zalema, variedad que representa el 95 por ciento de la producción del Condado de Huelva.
Pese a esto, Infante ha indicado que se realizan controles a diario en el campo para ir viendo como va evolucionando el fruto, ya que «todo puede cambiar de un día para otro y acelerarse el proceso».
Hay que recordar que el año pasado la vendimia del Condado de Huelva se cerró con una producción de 25.600.000 kilos de uva, una «cosecha media» que supuso alrededor de un 30 por ciento mas que en 2016, cuando cayó drásticamente por la incidencia del hongo mildiu.
Del total, 25.000.0000 kilos fueron de variedades blancas y 600.000 kilos de tintas.