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España suma 471 hectáreas de papaya

España estabiliza su superficie de papaya y las sitúa en 471 hectáreas, 100 hectáreas menos que hace 6 años, aunque el grado de conocimiento con este cultivo se ha elevado.

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La papaya vive en España. Vive concretamente en las islas Canarias, Murcia y Almería. El grueso se encuentra en Canarias, donde toda la producción sirve para el autoconsumo y para el canal de la restauración canaria.

De hecho, los canarios son los grandes consumidores de papaya en Europa, al situarse a una media de unos 3.000 gramos per cápita; aunque es Portugal el destino de mayor consumo al consumir por encima de los 700 gramos per cápita. En el resto de Europa, el consumo es residual.

La papaya ha visto mejoras importantes de la mano de empresas como CapGen Seeds, que lleva 15 años trabajando con este cultivo, y donde cuenta con variedades de referencia como Colima F1, además de los materiales Caballero y Alicia, variedades reconocidas en el mercado.

La técnica

CapGen organizó en la jornada del martes pasado un evento para dar a conocer el escenario actual de la papaya en España y sus posibilidades de cara al futuro.

El profesional canario ligado al Instituto Canario de Investigación Agraria, Juan Alberto Cabrera, indicó que la papaya ha vivido grandes evoluciones en su modelo de gestión tanto en invernaderos tradicionales como en invernaderos evolucionados. Cabrera señaló que la empresa Novagric ha diseñado un invernadero para papaya que destaca por disponer de ventanas cenitales que «consiguen reducir las temperaturas. Este invernadero actúa cuando las temperaturas se sitúan por encima de los 35 grados».

Cabrera marcó los principales problemas de la papaya en el evento organizado por CapGen Seeds, destacando los problemas de araña roja, donde se ha controlado gracias al uso «de la nebulización por baja presión. Gracias a este sistema, la araña roja se ha controlado completamente».

La papaya requiere de mucha humedad cálida y mucha luz, por lo que se están desarrollando en el interior de los invernaderos unas mantas reflectantes en el suelo, para que la luz reflecte sobre el cultivo y se incremente la luminosidad, comentó Cabrera.

Esta herramienta ha sido especialmente práctica, ya que en los cultivos de papaya del sur de Tenerife, «las calimas y el polvo han provocado una reducción de la luz en el cultivo del 50 por ciento».

Los trasplantes

El profesional canario recordó la necesidad de escalonar los trasplantes para que el mercado no se quede desabastecido. De hecho, señaló que es habitual que muchos canarios fuesen a trasplantes de marzo, y se produciese de cara a la campaña siguiente una falta de oferta en los meses de julio y agosto.

Cabrera recordó la necesidad de escalonar los trasplantes tanto a ciclos de marzo-abril como de mayo-junio para que el mercado siempre tenga papaya.