Se trata de algunas de las conclusiones del informe de fiscalización de la actividad económico-financiera de Mercasa durante 2017 y 2018, en el que le pide además que la contabilidad analítica efectúe un reparto de los gastos generales de los departamentos de los proyectos de asistencia técnica de manera individualizada.
También le aconseja dar continuidad y consistencia a la estrategia empresarial, limitando el impacto de los eventuales cambios que se puedan producir en su equipo directivo, o continuar implantando un «sistema eficaz» para prevenir riesgos penales.
Durante el periodo fiscalizado, Mercasa continuó gestionando nueve centros comerciales, y aunque los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización fue positivo en términos globales, el resultado de explotación presentó unas pérdidas de 2.509.678 euros en 2017 y de 762.046 euros en 2018.
El informe detecta desviaciones negativas entre las inversiones previstas y realizadas, debidas a su juicio a «una falta de planificación realista y de eficacia en su ejecución».
Para el Tribunal de Cuentas, Mercasa no imputaba el importe de los gastos generales de los departamentos responsables de la ejecución de los proyectos de asistencia técnica a los proyectos, lo que se considera una «deficiencia» para evaluar su rentabilidad.
En el ámbito internacional, esa asistencia técnica reportó un déficit de 317.813 euros en 2017 y de 1.427.325 euros en 2018; en el nacional, fue de 1.059.464 euros en 2017 y de 1.055.656 en 2018.