No hay duda de que el tomate es una hortaliza muy importante para el consumidor italiano y que no debe faltar a la hora de la comida. De hecho, el índice de penetración es del 97.5 por ciento basado en compras semanales.
La tendencia de los precios en los últimos tres años ha experimentado un ligero aumento, de 2.04 euros/ kilo en 2016 a 2,23 euros/kilo en 2017, pasando a los 2,19 euros por kilo en 2018. Si se considera el último trimestre de 2019, se obtienen los siguientes precios promedio: 1.93 euros/kilo en octubre, 1,91euros/kilo en noviembre y 2,18 euros/kilo en diciembre.
Con respecto al consumo de tomate, es de nueve kilo por persona. Se ha podido observar una tendencia de consumo en los últimos cinco años creciente, aunque ligeramente, casi estable.
La compra se basa en el producto a granel o preenvasado en bandejas. Muy raramente el tomate se convierte en parte de los paquetes de IV gama. La compra se realiza en diferentes tipos de tiendas: hipermercados y supermercados, tiendas de descuento, mercados locales, fruterías, vendedores ambulantes. No obstante, la tendencia es claramente a favor de los supermercados, que han ganado ventas a expensas de otras tiendas. Los meses en que se comen más tomates frescos son naturalmente los de verano, con julio liderando la ingesta. Por detrás, por este orden se sitúan: junio, agosto y septiembre.
Las tipologías más comunes de tomates de mesa en Italia son: rama, ensalada verde, cereza, vesuvio (ciruela midi), corazón de buey y acanalado..Algunas referencias son puramente estacionales: ensalada, acanalado, corazón de buey. Los otros tipos están en producción durante todo el año. La producción de invierno se concentra en Sicilia, mientras que en otras regiones el tomate se produce de abril a noviembre.
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