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El precio de la fruta de verano se cuadriplica del campo a los lineales

Comienza una nueva campaña de recolección con fruta de gran calidad y mermas en algunas zonas por el pedrisco.

La diferencia de precios de la fruta de verano (melocotón, nectarina, pavía, paraguayo y ciruelo) se cuadriplica desde el campo hasta que llega a los lineales de la distribución, según los datos recopilados por La Unió Llauradora.

A la espera de las cotizaciones de esta campaña, por ejemplo, el pasado año la media que percibieron los productores fue de 0,70 €/kg, mientras que en supermercados o hipermercados llegó a una media de 3,50 €/kg. Esta campaña, aunque los precios en campo serán ligeramente superiores y en el caso de las nectarinas se confía que lleguen a 1 euro/kg, en los lineales de la distribución por ejemplo se puede encontrar ya esta fruta en estos momentos a 5,40 €/kg.

9.188 hectáreas cultivadas

Iniciada ya la campaña de recolección en las zonas productoras de la Comunitat Valenciana en las que hay 9.188 hectáreas cultivadas, incluyendo a la cereza, se observa una fruta de calidad excepcional con buenos calibres, sin apenas destrío allí donde no se ha notado el efecto del pedrisco. En las parcelas donde sí han afectado las adversidades meteorológicas, las mermas empañarán esa subida de precio de la que se empieza a hablar en el sector. Se prevé una cosecha de más de 13.000 toneladas, ligeramente inferior a la pasada, aunque los ajustes posteriores tras el impacto del pedrisco podría hacerla descender aún más.

Los productores valencianos de fruta se lamentan de que el precio no es remunerador. “Cuesta mucho esfuerzo producir, pero el precio no compensa. Los consumidores pagan un precio excesivo por la fruta y nosotros apenas cubrimos los gastos. Nos ponemos contentos y nos conformamos con 1 euro el kilo en un año bueno en algún cultivo, mientras el consumidor paga más de 5”, señalan.

La Unió propone para revertir la tendencia de consumo a la baja campañas de promoción de la fruta tanto desde las instancias estatales como desde la Generalitat, en las que se destaque la gran calidad, proximidad y beneficio para la salud de las personas, para nuestros pueblos y el medio ambiente en contraposición con la fruta llegada de fuera de la Unión Europea. Los últimos datos oficiales detectan que el consumo de fruta en España sigue en caída libre: cada ciudadano ingiere 78,6 kilos de frutas, lo que supone un 24,8 % menos que hace una década cuando eran 102,5 kg.

Cítricos y fruta de pepita

El segmento de frutas que más ha caído desde el año 2008 es el de cítricos y el de frutas de pepita, ambos presentan una variación que superan el 33% en términos negativos. En contraposición, el único segmento que crece con respecto a 2008 es el de frutas exóticas.

Los productores destacan las dificultades para encontrar mano de obra especializada que realice tanto las tareas de aclarado como las de recolección de la fruta. También critican el aumento de las importaciones de frutas de otros países.

También reclama La Unió un mayor presupuesto en investigación para conseguir variedades cada vez más adaptadas al cambio climático con el objetivo de ser competitivos en los mercados.

Herramienta fundamental

Por otra parte, la organización considera el seguro agrario como una herramienta fundamental al servicio del agricultor, especialmente dado el aumento significativo de la siniestralidad de los últimos años. Los siniestros se han vuelto más frecuentes y de una intensidad mayor, lo cual resalta todavía más la importancia de contar con este tipo de protección. Por eso, La Unió propone que las administraciones incrementen las subvenciones al seguro para los agricultores profesionales de fruta hasta el 70%, que es el límite máximo permitido por la UE.

Otro aspecto que inquieta es la presión normativa de la UE para restringir el uso de productos fitosanitarios. Los profesionales se muestran muy preocupados sobre el impacto de esta indefensión en su competitividad, ya que el difícil acceso a herramientas de control de plagas y enfermedades (supresión de materias activas y productos fitosanitarios o limitación de su uso) está dejando sin protección fitosanitaria a las plantaciones europeas.

Foto: Unió Llauradora y Ramadera.