Plenamente asentado el cultivo y cuando en poco más de un mes comenzarán a llegar las primeras fresas a los lineales, El Pinar hace balance de la campaña de venta de planta, que en este ejercicio ha estado marcada por una climatología más favorable en un año con menor producción generalizada en las zonas productoras.
La explicación podría situarse, según Jorge Muñoz, responsable comercial de El Pinar, en una primavera ligeramente más fresca, pero especialmente por la falta de herramientas efectivas para la desinfección de los suelos en viveros. “En nuestro caso, y gracias a la rusticidad de nuestras variedades, diversidad e incremento de las zonas de producción, tanto en España, como en Polonia y Rumania, hemos podido atender las demandas de los productores, alcanzando incluso un incremento en las ventas de planta de hasta el 20%”, comenta Jorge Muñoz.
Se evidencia un ejercicio más, que la rusticidad varietal es una característica esencial para el sector de la fresa, no solo en las zonas de producción, sino también en viveros. “Los viveristas quieren seguridad a la hora de multiplicar plantas que después puedan comercializar también con seguridad, y el productor igualmente necesita esa seguridad a la hora de la implantación, y luego también disponer de una fruta de calidad”.
La variedad Victory del programa americano de obtención vegetal de Plant Sciences Genetics se posiciona aquí con una importante cuota de mercado, y con potencial de incremento en todos los mercados, reforzada por su rusticidad de planta, de implantación del cultivo y por la calidad de su fruta.
Campaña de arranque más pausada
Con la experiencia de otros años, El Pinar ha apostado esta campaña por realizar un arranque y entrega de planta más pausada con el fin de evitar las elevadas temperaturas en las zonas de plantación. Finalmente, no se registraron, pero sí se aprecia un cambio de tendencias, donde el agricultor es más conscientes de que para alcanzar la precocidad no es necesaria una plantación adelantada, sino disponer de las variedades y formatos adecuados.
En este contexto, EL Pinar ha incrementado la venta de planta en maceta, pues además de esa precocidad, aporta seguridad en la implantación de la variedad. En
este sentido, hay que destacar que han llevado a cabo importantes mejoras en sus centros de producción de planta en maceta: nuevas instalaciones, nuevo sombreado y sistema de riego, además de la producción de estolones en hidroponía, del que esperan un incremento exponencial para la próxima campaña.
Igualmente El Pinar está incorporando nuevos tipos de planta en maceta, que ofrecen diferentes comportamientos al productor. Por un lado, planta alveolada, donde se está reduciendo el tamaño de ese alveolo para simular a la raíz desnuda; por otro lado, planta engrosada donde se suministran con un número de yemas inducida, y por último el pot normal. “Damos diferentes opciones al productor en función de sus necesidades, y también de la variedad con la que estemos trabajando”, explica el responsable comercial.
Línea de I+D
Con un porfolio varietal consolidado en la Cuenca Mediterránea, EL PINAR se encuentra en estos momentos ampliando sus campos de ensayo en esas mismas zonas de producción, principalmente en España, Italia y Grecia, con el fin de avanzar en selecciones varietales adaptados a cada zona de producción.
En cuanto a línea de investigación, esta se centra en reforzar su gama de variedades precoces. Actualmente cuentan ya con una novedad, la selección BG061 también del programa americano de Plant Sciences Genetics, que se encuentra en fase de ensayos con agricultores y que vienes a complementar a Primavera y Renewall. “Tenemos muy buenas previsiones de crecimiento con este nuevo material, porque además de precocidad y productividad, incorpora la rusticidad, que hoy es el punto de partida de cualquier selección varietal”, argumenta Jorge Muñoz.
Se refuerza así la rusticidad en el catálogo de El Pinar, seña de identidad de este vivero, que tiene claro que el futuro pasa por variedades que ofrezcan garantías a todos los eslabones de la cadena de valor: viveristas, productores y comercializadores.