Para García Blanco, la primera repercusión de esta circunstancia puede producirse en lo relativo a los precios, pues la producción extremeña podría coincidir con la de otras zonas españolas más tardías, como Lérida, o la de otros países europeos, con lo que habría más oferta acumulada y la posibilidad de precios más bajos.
El dirigente de Asaja ha señalado que los inicios de la primavera, con temperaturas más bajas de lo que es habitual en Extremadura, hizo retrasar la floración.
García Blanco ha resaltado la importancia que tiene la meteorología para los cultivos, no solo durante la campaña, sino también en lo relativo al consumo, pues «si hace calor en verano en los países compradores de Europa, estos consumirán más fruta».
El retraso de la campaña por circunstancias meteorológicas también se ha producido en el cultivo del espárrago blanco y ha hecho que la producción extremeña se ha acumulado con la del resto de España y de otros países, que habitualmente son más tardías.
Extremadura produce unas 400 hectáreas de espárrago blanco, producto que se exporta principalmente a Alemania.
En cuanto al tomate, la siembra también llegó algo más tarde de lo habitual, aunque no se esperan repercusiones significativas, ni incidencias en la producción, la cual se comportará de forma óptima si no hay fenómenos adversos durante la campaña.
Angel García Blanco ha afirmado que tras las intensas lluvias de las últimas semanas se vive ahora un periodo de «normalidad» en el campo extremeño, donde durante las próximas semanas sería «muy importante» que no hiciese «excesivo calor» ni que se produjesen grandes episodios de precipitaciones