El anuncio fue adelantado horas antes por la ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina Correa da Costa, en el Concejo municipal de Brasilia, donde dijo que el acuerdo es uno de los temas previstos en la agenda de la visita oficial que el presidente Jair Bolsonaro realizará a Rusia a mediados de febrero.
Aunque el negocio ya fue confirmado, la firma del contrato sólo se efectuará después de que los órganos reguladores de ambos países lo aprueben, por lo que se desconoce la fecha en la que el grupo ruso llegará al país.
Brasil, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, necesita importar casi el doble del volumen de fertilizantes que produce, por lo que la Ministra de Agricultura señaló que el acuerdo ayudara al país a ser «menos dependiente» en este sentido.
El acuerdo convierte a Acron en propietaria del 100 % de la Unidad de Fertilizantes Nitrogenados III (UFN-III), localizada en el municipio de Tres Lagoas, en el estado de Mato Grosso do Sul, una fábrica que Petrobras comenzó a construir en 2011.
Las obras, sin embargo, se suspendieron tres años después con el 80 % del proyecto concluido por problemas de presupuesto.
La intención de la petrolera brasileña era levantar la que puede ser la mayor planta de fertilizantes nitrogenados de América Latina, con capacidad para producir 2.200 toneladas diarias de amoniaco, 3.600 toneladas diarias de urea y 290 toneladas diarias de dióxido de carbono (CO2).
Las negociaciones para la venta de esta y otra fábrica de fertilizantes -Araucaria Nitrogenados S.A. (Ansa), en el estado de Paraná- comenzaron en 2018 con el grupo ruso pero fueron suspendidas en 2019 tras no llegar a un acuerdo.
Acron, con acciones negociadas en las bolsas de Moscú y Londres, es una empresa dedicada a la producción y venta de fertilizantes con clientes en unos 60 países.
La venta de esta unidad de fertilizantes forma parte del ambicioso plan de desinversiones de Petrobras, con el que la petrolera pretende reajustar su tamaño y su enorme deuda y concentrarse en actividades más estratégicas y rentables, como la explotación de petróleo y gas en las gigantescas reservas que tiene en aguas muy profundas del océano Atlántico.
Petrobras, que es controlada por el Estado brasileño pero cuenta con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, tiene previsto alcanzar unas desinversiones que varían entre los 15.000 millones de dólares y los 25.000 millones de dólares entre 2022 y 2026.