«Spar pagará el precio por lo que ha hecho en los últimos días», afirmó János Lázár, ministro de Construcción y Transporte, del Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán, según recoge el diario digital Hvg.
El ministro agregó que las empresas de la industria alimenticia «que no respeten al Gobierno no podrán quedarse en Hungría«, según informa el portal económico Portfolio.
Lázár afirmó que Hungría «no tolera que le chantajeen» y añadió que «el Gobierno debería comprar toda la empresa», aunque luego matizó que no quiere presionar al propietario austríaco para que abandone el país, sino que quiere que «respete la gente, los consumidores, el Gobierno y el país».
El presidente de Spar, Hans Reisch, informó la semana pasada de que la empresa, con sede central en la ciudad austríaca de Salzburgo, ha transferido parte de la gestión administrativa de la filial húngara a Italia, Eslovenia y Croacia.
Reisch asimismo enfatizó que quiere proteger la empresa «de las garras de Orbán».
Spar ha pedido a la Comisión Europea que abra un procedimiento de infracción contra Hungría para que se anule el impuesto húngaro sobre los beneficios extraordinarios de empresas multinacionales.
El Gobierno de Orbán ha elevado recientemente del 4,1 al 4,5 % esa tasa, que Spar cree viola los principios de libre mercado.
Spar es la segunda cadena de supermercados más grande de Hungría, por detrás de la alemana Lidl y, por delante de la inglesa Tesco y la francesa Auchan.
Según medios austríacos, la empresa perdió en 2023 47,8 millones de euros, un 45 % más que en 2022.
