El cultivo del albaricoque es tradicional en Mallorca, sobre todo en Porreres, donde fue durante años un cultivo importante de exportación hacia Europa en forma de albaricoque seco, ha recordado la Conselleria en un comunicado.
En la segunda mitad del siglo XX los precios bajos y la afectación de varias plagas mermaron la superficie sembrada, pero en Porreres, sobre todo gracias al impulso de la Cooperativa, se ha mantenido un esfuerzo constante para mantener su cultivo y mejorarlo.
Actualmente la superficie cultivada de albaricoqueros en Porreres es de unas 50 hectáreas, de las que la mitad corresponden a socios de la cooperativa. Del mismo modo, de las entre 140 y 150 toneladas de producción de este año, alrededor de 70 u 80 toneladas serán comercializadas por la cooperativa.
La producción está repartida en distintas variedades, cada una con características de cultivo y también organolépticas diferenciadas, y con momentos de maduración del fruto también diferentes, lo que permite escalonar la producción y mantener la presencia en el mercado más tiempo.
Destacan, entre otras, el albaricoque rojo, el temprano, el modesto, el rojo de Carlet, canino, mejilla roja valenciano, mirto y mejilla roja.
En una visita a la finca S’Olivar de Porreres, Vidal ha destacado el papel de la cooperativa en la recuperación de este cultivo y de las variedades locales y ha destacado su labor en tres vías: «la venta directa para conseguir ingresos para los agricultores, la transformación en productos como confituras de valor añadido y su participación en el proyecto Farmers & Co que permite mejorar la distribución en todas las islas y otros lugares».
Según Vidal, la cooperativa «representa el pasado y el futuro del albaricoque», al apostar por nueva plantaciones.
El conseller ha recalcado que «es el momento de consumir este producto» por lo que ha animado a hacerlo.
También el presidente de la Cooperativa de Porreres, Toni Martorell, ha animado a consumir albaricoques de diferentes variedades: «se comenzó con la variedad de canino, que ha llenado el mercado, pero ahora estamos con el ‘galta’ y queremos hacer un llamamiento a los consumidores para que compren albaricoques».
La cooperativa comercializa la producción a través de los mayoristas de Mercapalma y a través de la venta directa en la propia tienda. Una pequeña parte de la producción se dedica a la elaboración de productos transformados o derivados como confituras, el tradicional albaricoque seco y el licor.
La cooperativa promueve la plantación de nuevas variedades y la extensión del cultivo ecológico, con el fin de mejorar la rentabilidad de las plantaciones.
