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El europeo la prefiere de carne roja pequeña y eco

Si se mezclaran en una coctelera los ingredientes necesarios para dar con la sandía perfecta para el consumidor europeo, sin duda, que estos serían: sabor, calibres cada vez más pequeños, carne roja crujiente y, de momento, piel rayada ya que aún sigue siendo la preferida por los europeos.

Si se mezclaran en una coctelera los ingredientes necesarios para dar con la sandía perfecta para el consumidor europeo, sin duda, que estos serían: sabor, calibres cada vez más pequeños, carne roja crujiente y, de momento, piel rayada ya que aún sigue siendo la preferida por los europeos.

En este sentido, Juan Sastre, responsable de ventas de sandía para Europa, África y Oriente Medio de Nunhems, filial de hortícolas de Bayer, explica que en el viejo continente se apuesta “por reducir calibres pero sin perder ni un ápice de sabor”.

Esta reducción de calibres se debe a hogares con cada vez menos miembros y, como no, a una cuestión de ahorro ya que los costes del transporte encarecen su precio. “Cuando un consumidor europeo va a por una sandía de ocho kilos, se encuentra con un precio muy alto por lo que prefieren calibres de 3 a 5 kilos ya que tampoco están muy habituados al corte”, añade Sastre.

No obstante, la reducción de calibres supone un hándicap para las casas obtentoras que tienen que apostar por sandías pequeñas pero dar con materiales varietales rentables para el agricultor.

Sastre destaca que el sabor no es negociable en la elección de cualquier sandía. “Seguimos con la carne de color rojo sangre y con alto contenido de azúcar que, hoy por hoy, es lo que marca la tendencia”.