Julio está siendo húmedo y fresco en las zonas de producción alemanas de hortalizas y esto condiciona la presencia de hortícolas ‘bio’ al aire libre, hasta el punto de que la disponibilidad se encuentra bajo dudas en este mes.
La situación en algunos cultivos de brásicas es bastante tensa y la inestabilidad meteorológica «está incluso cambiando el deseo de compra de los consumidores», señala Tim Boenigk, analista junior de mercado de la consultora AMI.
La oferta de las hortalizas al aire libre se reduce y la producción va por detrás y se nota en la presencia de unos lineales desnudos en las cadenas alemanas.
El clima pasa factura a hortalizas de ventas considerables durante los meses de verano. Son los casos de la coliflor y el brócoli, además de las coles. En el caso de la coliflor, «las temperaturas no son suficientes para la formación de flores y en el caso del brócoli, las condiciones climáticas provocan una pérdida de calidad y la demanda deja de ser satisfactoria por falta de volúmenes», expone Boenigk.
El escenario futuro a medio plazo no es tranquilizador porque «los horticultores informan de un alto nivel de infección de enfermedades, especialmente en el caso de las cebollas ecológicas, lo que puede suponer un aliciente para los productores de Países Bajos o de otras zonas europeas», exponen desde la consultora AMI.
El consumidor
El clima desfavorable está afectando a la disposición de los consumidores a la hora de comprar, ya que se hace «difícil planificar los artículos a adquirir ante la dificultad de controlar la oferta y saber cuáles son los que tienen más posibilidades de mantenerse en las tiendas», exponen desde AMI.
Los problemas vienen de las lechugas ecológicas, ya que su «vida de útil es limitada», señala Boenigk. No hay que olvidar que las lechugas de colores y la iceberg «suelen ser el centro de atención en ‘bio’ durante el verano.
Ante la escasez de lechuga, los consumidores recurren con especial frecuencia a los canónigos«, exponen desde la consultora.
