Internacional

El candidato georgiano para dirigir la FAO se coloca como alternativa a China y UE

El exministro georgiano Davit Kirvalidze, que aspira a liderar la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), busca ser la alternativa de los países pequeños frente al poderío de China o la Unión Europea (UE).

  • natural-tropic

ste domingo saldrá elegido el sustituto del brasileño José Graziano da Silva al frente de ese organismo intergubernamental para los próximos cuatro años y Kirvalidze se presenta como una especie de David contra Goliat, aunque quién sabe a donde llegará si, como dice, tiene de su lado a Estados Unidos.

Actual asesor del Gobierno de Georgia y antiguo titular de Agricultura en dos periodos entre 2000 y 2013, también ha sido parlamentario, profesor universitario y agricultor, trabajos que le han hecho entender el desarrollo rural «desde todos los ángulos».

Kirvalidze, que sabe lo que es pasar hambre, habla con Efe en un hotel de Roma mientras los países pugnan por hacer valer sus intereses en el seno de la agencia creada en 1945 para acabar con esa lacra a nivel mundial.

Pregunta.- Llega a la recta final de la campaña tras la retirada de los aspirantes de Camerún y la India. ¿Con qué apoyos cuenta frente al chino Qu Dongyu y la francesa Catherine Geslain-Lanéelle, sostenida por la UE?

Respuesta.- Vengo de un país pequeño y quiero hacer oír especialmente la voz de los pequeños países. Sobre los candidatos que se han retirado, no todos quieren seguir adelante, hay grandes intereses y poderes. Georgia me apoya, muchos países aprecian nuestra estrategia y EEUU también ha dado un fuerte respaldo a mi candidatura.

P. Georgia no pertenece a los países más avanzados, pero tampoco está en el G77, grupo de países en desarrollo que tienen de socio a China. ¿Por qué deberían votarle a usted?

R. Sabemos cómo luchar contra el hambre, que sufrí personalmente en los noventa. En mi país hicimos frente a la inestabilidad y el colapso económico, y nos recuperamos. No podemos combatir el hambre de más de 800 millones de personas sin la participación del sector privado. Lo segundo es la educación, que los agricultores sepan usar la tecnología. Hay que actuar rápido poniéndose en los zapatos de las personas necesitadas.

P. En una organización como la FAO, ¿puede haber problemas de transparencia o independencia si gana China?

R. Es difícil decir lo que sucederá. Dentro del sistema de Naciones Unidas existen instrumentos para evitar eso. Si la FAO se quiere moverse rápido, debe ser abierta y transparente porque, sin eso, muchos donantes cerrarán sus puertas.

P. Se ha reunido con representantes de la Casa Blanca, ¿sirve en otros países el modelo agrícola estadounidense basado en químicos o transgénicos?

R. Nada se puede trasladar de un país a otro. El problema no son los fertilizantes en sí mismos, sino su mal uso. Debemos ser muy cuidadosos con la aplicación de cualquier químico, ya que podemos contaminar el agua, los productos y eventualmente a los consumidores si no lo utilizamos en su dosis y tiempo adecuados.

P. Usted ganaba un dólar al mes de salario en la universidad. ¿Cómo ha influido su pasado en su deseo de liderar la FAO?

P. No había forma de continuar viviendo así. La mitad de mi generación estaba metida en la guerra, gran parte salió del país y yo opté por la agricultura, de la que he aprendido mucho en la vida. Si cientos millones de personas pasan hambre, no es su problema. Es el nuestro y debemos solucionarlo hoy.

P. ¿Por qué aún cuesta tanto erradicar el hambre?

R. Primero porque no hay una fórmula universal. El hambre es muy personal. Necesitamos un enfoque individual para cada país, al sector privado en un ambiente regulatorio en el que puedan producir más y mejor, y comercio libre.

P. Faltan fondos en cooperación internacional. ¿De dónde los sacaría?

R. El presupuesto de la FAO nunca será suficiente. Tenemos que traer al sector privado, algo que todavía no se ha explorado.

P. ¿Cómo un país como Georgia puede competir en una organización así?

R. No es fácil, la presión está ahí y crece porque faltan pocos días. Yo voy a llegar hasta el final. Espero que los países tomen una decisión libre por el bien de la FAO.