Esta acción está dentro de la campaña de protección y control de plagas en el sector de los frutales de Gran Canaria para evitar pérdidas económicas y de producción destinada al mercado local como consecuencia de éstas, destaca hoy un comunicado de la institución insular.
En el marco de esta iniciativa, 24.000 árboles estarán protegidos de la mosca de la fruta con trampas con un producto respetuoso con el medio ambiente, que no daña al árbol ni al fruto y que atrae al insecto.
El reparto se ha realizado en explotaciones con frutales de hueso y pepita, en concreto, de albaricoque, melocotón, nectarina, peral y níspero, además de frutales subtropicales como el mango y el guayabo.
Estas trampas y atrayentes cubren en 75 por ciento de los gastos, mediante una subvención del Cabildo de 5.300 euros para explotaciones de más de 1.000 metros cuadrados de cultivo.
Además, también se distribuyó gratuitamente un insecticida para el control del pulgón negro de la madera en 9.000 árboles, principalmente almendros y también de otros frutos de hueso como el albaricoque, ciruela, melocotón, nectarina y paraguayo.
El ataque del pulgón debilita los árboles al atravesar la madera y succionar la savia, que causa la muerte del ejemplar, afecta a su producción, y si es intenso puede hasta secar las ramas del árbol afectado, especifica la nota.
Para combatir este insecto los agricultores han recibido 47 litros de azadiractina, un producto respetuoso con el medio ambiente realizado con aceite de Neem para el tratamiento fitosanitario de choque.
En Gran Canaria han recibido este material explotaciones que suman en su conjunto más de 9.100 árboles, de los cuales casi 7.200 son almendros.
La plaga del pulgón negro de la madera fue detectada por primera vez en Gran Canaria en 2015 y que ha afectado especialmente a las zonas de medianías y cumbres, y con un litro de este material se puede tratar hasta 300 árboles, según subraya el consejero de Soberanía Alimentaria, Miguel Hidalgo.
