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El 27% de los españoles cambia de ‘super’ y el 60% compra en varios para ahorrar

Pese a estas y otras estrategias, dos de cada cinco consumidores cree que no ha conseguido un "ahorro considerable", frente un casi 40 % que sí confía en haber bajado su gasto en alimentación con estas acciones.

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La subida de precios en el súper ha derivado en diferentes estrategias para ahorrar por parte de los consumidores, como cambiar su tienda habitual (27 %) o aprovisionarse en varias enseñas (60 %); aun así, los españoles perciben un 7 % más gasto anual en estos establecimientos.

Así se desprende del VIII Observatorio del Comercio Electrónico realizado por la patronal de supermercados Asedas y con las universidades Complutense y Autónoma de Madrid que se ha presentado este miércoles en Sevilla.

El estudio, basado en 2.630 entrevistas realizadas en diciembre de 2022 y abril de 2023, estima el gasto en alimentación por persona y año en 1.348 euros, lo que supone un 7 % más que en el sondeo del año anterior.

Se trata de los consumidores que van a la tienda física, que son casi el 73 % de los encuestados, un 5 % más que hace un año.

Las tiendas físicas han ganado esta cuota que pierde el comercio electrónico, pues los consumidores «mixtos», los que van a ambos canales igualmente, han retrocedido, y se quedan en un 22,3 %.

En cambio, los compradores que sólo realizan su compra por internet se mantienen estable en un 4,8 %.

Además, un 21 % de los que han hecho alguna vez la compra «online» han dejado de hacerlo o dejará de hacerlo pronto por diferentes motivos, que se resumen en que comprar a golpe de clic les parece más caro (34 %) y más incómodo (35 %).

El director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, ha señalado tras la presentación del estudio que las «tendencias hablan» y que la flexiblidad y la capacidad de anticipación del sector ha permitido «ahorrar al consumidor», algo que a la vez es un reto para los empresarios.

A su juicio, «es posible que parte del ahorro haya sido inducido por el ruido social y mediático» en un periodo de precios altos en los dos últimos años.

Un consumidor infiel

En un contexto en el que el 55 % de los consumidores asegura que en 2023 los precios subieron incluso más que un año antes, el 27 % reconoce que ahora compra más marcas del distribuidor (marca blanca) para reducir su gasto y 19 % se ha pasado a un supermercado más competitivo en precios.

La doctora en Ciencias Económicas y Empresariales y profesora de Marketing de la Universidad Complutense de Madrid, María Puelles, ha explicado que se mantiene cierta sensación de crisis y tras los gastos fijos, como la vivienda y los recibos, los consumidores ven en la comida una de las pocas opciones para ahorrar.

Por su parte, el profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, Gonzalo Moreno, ha recordado que en un escenario de precios los datos demuestran que primero se cambia de producto, luego de marca, luego d tienda y, después reduce la cantidad de lo que compra.

En cuanto a la composición de la cesta, un 19 % de los consumidores declara haber sustituido la compra de carnes por otras de menor valor y un 30 % declara comprar menos pescados y mariscos.

Las frutas y hortalizas son uno de los productos que más ponen a prueba la fidelidad del consumidor a su tienda, según los investigadores, ya que un 30 % de los mismos buscan estos productos en «otros establecimientos» diferentes de la habitual.

¿Se ahorra o no?

Pese a estas y otras estrategias, dos de cada cinco consumidores cree que no ha conseguido un «ahorro considerable», frente un casi 40 % que sí confía en haber bajado su gasto en alimentación con estas acciones.

Con todo, el estudio concluye que los españoles siguen en «modo ahorro», algo que se observa en las variables principales: frecuencia de compra y tique medio del carro de la compra.

Según los encuestados, el número de veces que se va a comprar al año ha subido casi un 14 % y el gasto por carro desciende un poco más, hasta casi el 15 %.

El estudio señala una reducción de la renta dedicada a la alimentación en casa que, según los expertos, puede deberse a la recuperación de la confianza y, por ende, del consumo alimentario fuera del hogar, esto es, en la hostelería.