Los datos de consumo de las familias italianas en lo que va de año se hace especialmente preocupante y provoca el hundimiento de la oferta y de los industriales.
Los alimentos se hunden un 4,5 por ciento más en la demanda entre las familias italianas, según los datos filtrados ayer por el Istat y las consecuencias no se han hecho esperar por parte de la producción y la industria.
«La ralentización de la demanda es preocupante debido a las dificultades en la que se encuentran muchas familias italianas que, debido al aumento de los precios, colocan menos productos de todo tipo en los carros de compra», señala el primer análisis realizado por el colectivo Coldiretti.
Propuestas
Una vez realizado el análisis que expone que el 22 por ciento de las familias italianas ha dejado de consumir de manera equilibrada y se acerca a productos menos equilibrados; se proponen acuerdos. «Necesitamos trabajar en acuerdos con las cadenas de suministro entre empresas agrícolas e industriales para garantizar una distribución más equitativa del valor para proteger a los consumidores y los ingresos de los agricultores de prácticas desleales», afirma Ettore Prandini, presidente de Coldiretti.
El problema no se produce sólo en el marco de la oferta italiana, sino en el marco de las exportaciones. «Ahora todas las miradas están puestas en la decisión del Banco Central Europeo sobre los tipos de interés. Las exportaciones italianas ya no son suficientes para mantener la actividad productiva ni industrial», señala Luigi Scordamaglia, CEO de Filiera Italia.
Es el propio Scordamaglia, quien señala en nota de prensa del colectivo Coldiretti, que el 22 por ciento de las familias italianas tienen dificultades para garantizar una dieta equilibrada y alrededor de 2,6 millones de italianos sólo pueden acceder a los alimentos si reciben asistencia.