El 15 por ciento de los espárragos frescos consumidos por los alemanes durante 2024 provenieron de producciones internacionales, según la consultora AMI.
Y esta cifra va a ir en aumento porque el grado de oferta alemán va a la baja. Sólo durante la campaña pasada, la producción germana descendió un 3,4 por ciento y la cosecha alcanzó las 108.130 toneladas.
La superficie de espárragos de 2024 quedó cifrada en 19.764 hectáreas, lo que supuso un tres por ciento menos que en la campaña 2023, debido a que los productores de espárrago se redujeron en un 6 por ciento por jubilación o falta de confianza en el cultivo.
Los altos costes productivos y la dificultad de conseguir precios adecuados a los espárragos están provocando el cansancio de los productores de espárragos.
Durante el ejercicio pasado la Oficina de Estadística Alemana tenía censados un total de 1.357 explotaciones frente a las 1.440 fincas de 2023.
A pesar de esta situación, «nos mostramos optimistas con este ejercicio, porque la demanda se mantiene firme y los espárragos terminan saliendo con liquidaciones correctas», apunta Simon Schumacher, portavoz de la Asociación de Productores de Espárragos y Fresas del Sur de Alemania (VSSE).
El portavoz señaló que las ventas directas entre productor y consumidor se disparan en las primeras partidas y «existen consumidores que acuden directamente a las fincas a realizar las compras directas de los primeros espárragos blancos».