‘Biocaptur S50’es el primer dispositivo de este tipo, según ha informado en una nota la empresa que lo ha desarrollado, añadiendo que permite seleccionar una frecuencia lumínica concreta que produce un efecto de atracción sobre este parásito que permite al aparato aspirar al insecto para confinarlo en una malla en su interior, tanto en su fase inicial como en la adulta.
Los ensayos realizados con este dispositivo y sus prototipos previos en invernaderos de la provincia almeriense han «puesto en evidencia su capacidad para ejercer un control definitivo sobre la Tuta absoluta», insecto que supone uno de los principales problemas de cultivos de tomate.
Han insistido en que incide sobre la colonia de Tuta instalada en el invernadero desde los primeros estadios de su ciclo biológico y que no sólo reduce «drásticamente» su población, sino que también afecta a su fase de reproducción, sin utilizar ningún tipo de sustancias, lo que lo hace compatible con la producción integrada.
Asimismo, han apuntado que el dispositivo está programado para actuar sólo en las horas que coinciden con el ciclo biológico del parásito, sin efectos en otros insectos auxiliares y biopolinizadores.
El rendimiento de una unidad de Biocaptur es óptimo en 5.000 metros cuadrados.
«Este nivel de eficacia le convierten en una opción de alta rentabilidad al evitar los perjuicios que provoca la Tuta con un coste por metro cuadrado bastante reducido, evitando tratamientos y mano de obra, al tiempo que evita los costosos perjuicios que ocasiona», han subrayado.
La empresa tecnológica almeriense ATG ingeniería, que dirige el ingeniero Antonio Tortosa, mantiene desde hace años distintas líneas de i+D en torno a la aplicación de la luz LED y la aplicación de la radiación lumínica en diferentes ámbitos, algunos de ellos relacionados también con la agricultura.
