¿Alguna vez se han preguntado cuántos litros de agua son necesarios para producir una ración de tomates? Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para la producción de una ración de tomates son necesarios 13 litros de agua, los mismos que para la lechuga.
En el caso de otros cultivos como las aceitunas, el consumo de agua por ración es de 250 litros, mientras que, para las manzanas son necesarios 70 litros y para las naranjas, 50.
«La politización es la peor contaminación del agua«, exclama el presidente de las comunidades de regantes, Juan Valero de Palma, que denuncia la «demagogia» con la que se trata al sector cuando se aborda el consumo que hace la agricultura de este recurso, que en España supone el 80 %.
Y una reflexión similar hacen las organizaciones agrarias, que lamentan lo señalado que está el regadío en momentos de sequía, como foco de las restricciones frente a otros usos como los industriales o los del sector turístico.
Los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ilustran que la demanda total de agua en España se sitúa en el orden de los 32.000 hm3 al año y que el principal uso es el de los regadíos y el sector agrario, que supone aproximadamente el 80,5 % de esta demanda, unos 25.749 hm3.
Esta agua se utiliza sobre todo para regar los más de 3,7 millones de hectáreas de regadío que hay en España, el 22,41 % del total de las tierras de cultivo del país, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 2022, cifra que, si bien es inferior a la de 2021, supone un crecimiento del 5,71 % en 10 años.
Acoplar el regadío
Para organizaciones ambientalistas como Greenpeace, la mayor parte acaba regando cultivos intensivos e industriales, según señala en un informe, y sentencia que, a su juicio, «no» es necesario gastar tanta cantidad para producir alimentos y que hay que acoplar el regadío a la disponibilidad hídrica.
Valero de Palma, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), considera que muchas de las críticas son parte de la «demagogia» que se vierte sobre el sector y defiende que el regadío español es de los más modernizados del mundo y que ha conseguido unas altas cotas de ahorro de agua.
En declaraciones a Efeagro, el mayor representante de los regantes explica que una cosa es la demanda teórica de agua del sector agrario que reflejan los datos oficiales y otra la demanda real que, según indica, se queda en unos 15.000 hm3 al año porque muchos regadíos están «infradotados».
«Si cuando no hay sequía no vemos atendidas nuestras demandas, imagínense cuando hay sequías, somos los primeros que sufrimos los recortes», expresa Valero de Palma, que exclama que se trata de una «injusticia total».
La organización agraria Asaja hace una apreciación similar a Efeagro e indica que el regadío está cada vez más «denostado», mientras que desde la organización agraria COAG comentan que el sector siempre aparece como el culpable porque es el más débil y lleva años sufriendo recortes de agua.
Ahorro de agua
La organización UPA, por su parte, destaca que «ante los efectos del cambio climático, las explotaciones de regadío son mucho más resilientes gracias la modernización que han experimentado.
A este respecto, Valero de Palma detalla que el sector ha disminuido el uso de agua en un 15 % los últimos 25 años.
Esto ha sido posible, entre otras cosas, porque la superficie regada por gravedad (la más consumidora de agua) ha pasado de ocupar más del 50 % del regadío a solamente un 21 % en 2022, mientras que los riegos localizados (goteo), que son los más eficientes, ya suponen más del 55 % del regadío, según datos de UPA.
Disponibilidad de agua
La reserva de agua en los embalses ha vuelto a subir esta semana, pero está en el 57,8 % de su capacidad, y Greenpeace ha alertado de que el 75 % del territorio español está en riesgo de desertificación.
Aun así, el representante de Asaja considera que en España hay suficiente agua para atender todas las demandas y que hay que ir hacia una «propuesta de Estado» que permita compartir el agua de las zonas caudalosas a las que no lo son.
Valero de Palma señala que «el agua de todos los españoles» y es partidario de que se invierta en obras hidráulicas, pero advierte que al tema del agua se ha incorporado mucha «ideología» y que «la politización es la peor contaminación del agua porque se utiliza para movilizar votos y no se toman las decisiones con objetividad».
El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid Alberto Garrido comenta a Efeagro que hay «mucha agua disponible para riego, pero hay que racionalizarla y adaptarla a cada año y situación», que varía mucho porque «hay varias cuencas excesivamente tensionadas» con «demasiados usos para los recursos disponibles».