El organismo regional ha explicado este martes en nota de prensa que el grupo trabajará en la introducción de resistencias contra enfermedades emergentes, la mejora de la tolerancia del tomate al cambio climático, la mejora de la calidad y el aumento de la resistencia del tomate tradicional europeo.
Todos los avances conseguidos se volcarán a una plataforma unificada de gestión, con información e instrumentos sobre germoplasma de tomate en pro de la divulgación y para que se protejan los intereses de todos los implicados.
De esta forma, se podrán trasladar materiales, conocimientos y técnicas del mundo académico e industrial al sector productivo para atender a sus necesidades comerciales.
Según el CTAEX, el tomate es una hortaliza ampliamente cultivada y consumida, pero con una diversidad genética reducida, lo cual la hace vulnerable a las enfermedades emergentes y al cambio climático.
Así, este conglomerado formado por empresas de reproducción vegetal, científicos y agricultores se encarga de recoger información existente y normalizarla con objeto de realizar después modificaciones genéticas que aporten mejoras al tomate.
El Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario participará activamente en diferentes líneas de trabajo. En su finca experimental se evaluará la respuesta al estrés, así como la estabilidad y robustez en diferentes condiciones de las variedades seleccionadas. También se trabajará en la difusión y explotación de los resultados.
La finalidad es que este proyecto genere una valorización de los recursos genéticos y la propiedad intelectual, que será explotada con prioridad dentro de CTAEX y eventualmente por el resto de la comunidad de cultivadores del tomate.
Este proyecto ha recibido financiación, más de ocho millones de euros, del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea y el plazo de trabajo abarca los próximos cuatro años.
Los socios participantes proceden de siete países: Bulgaria, Francia, Israel, Italia, Países Bajos, Taiwán y España.
