El Barómetro de Prácticas de Pago 2023, elaborado por Crédito y Caución, señala que sólo el 37 por ciento de las facturas en operaciones con empresas italianas se paga en fecha acordada. Es un síntoma del deterioro de la economía italiana.
El 55 por ciento del crédito comercial que los proveedores conceden a sus clientes a la hora de cobrar sus productos en el mercado italiano sufre retrasos y hay un ocho por ciento de impagos.
«Las empresas italianas han endurecido significativamente sus políticas de crédito comercial en un entorno económico interno difícil que registra un fuerte aumento de las insolvencias. Esto fue evidente en la fuerte tendencia a la baja de las ventas a crédito con clientes B2B», explica el informe.
Para proteger a la empresa de la falta de liquidez y evitar el riesgo de quedarse sin efectivo debido a los retrasos en los pagos, un 46% de las empresas ha reforzado sus procesos internos de control del crédito, un 45% ha incrementado el tiempo y los recursos que dedica al cobro de facturas impagadas, un 39% ha retrasado sus inversiones, un 37% ha buscado financiación externa y un 30% ha externalizado el cobro de deudas comerciales.
Por este motivo, en los últimos meses el 38% de las empresas italianas ha experimentado un aumento de los plazos de pago de sus clientes, por encima del 15% que ha registrado una disminución.
De cara al cierre de 2023, el 55% de las empresas italianas prevé un incremento en su negocio y un 48% espera poder ampliar sus márgenes. Sólo el 16% de las empresas italianas esperan un deterioro de sus operaciones.
Esta situación de debilidad se ha debido al incremento de los productos y los costes de producción en un 26 por ciento. Sólo el dos por ciento de las empresas no ha sufrido impactos por el incremento de los precios. El resto de las empresas sí ha sufrido cambios significativos.