Dichas compensaciones, que no llegan a cien euros por productor y que fueron consensuadas con la Xunta de Galicia -donde también se ha detectado la presencia de la polilla-, son «suficientes y adecuadas» y cubren, según Álvarez, los costes de producción dado que se trata de agricultores no profesionales que plantan para autoconsumo.
El Gobierno regional modificó a finales de marzo la resolución aprobada para controlar la plaga y amplió el ámbito territorial fijado hasta entonces por el que se prohibía la siembra de patata en San Tirso de Abres, Vegadeo, Castropol y Taramundi y en determinadas zonas de los concejos de Navia, Valdés y Cudillero.
Tras detectarse un foco en Gijón, a 33 kilómetros de la zona afectada más oriental conocida (Cudillero), la Consejería necesita disponer de la mejor información posible sobre las parcelas cultivadas de patata por lo que amplía la prospección a todo el litoral al tratarse de la zona donde, según los datos de que se dispone, podría ser el área de propagación preferente de la plaga.