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¿Cómo impactará la crisis climática en Europa?

Cada vez más estudios científicos avisan de que la crisis climática no ha hecho más que empezar y de que su impacto será cada vez mayor, con más fenómenos meteorológicos extremos.

En Europa, la Agencia Europea de Medio Ambiente pronostica que esta emergencia se sufrirá de forma muy distinta según la zona del continente.

Así, las lluvias se intensificarán en el norte de Europa en los próximos años debido a la crisis climática, que, en cambio, hará que haya menos precipitaciones en el centro del continente pero más fuertes, mientras que en el sur se agravarán la sequía y los incendios forestales. Son los distintos efectos de un mismo problema.

Desde la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema) han analizado la evolución de la crisis climática en los últimos años en el continente y han llegado a la conclusión de que, probablemente, las distintas regiones de Europa experimenten diferentes cambios en los patrones de clima extremo.

Frecuentes y graves fenómenos metereológicos

Un análisis que constata que, en las últimas décadas, Europa ha sufrido frecuentes y graves fenómenos meteorológicos y naturales relacionados con el clima, como sequías, incendios forestales, olas de calor, tormentas y lluvias torrenciales, que se verán agravados de forma más intensa y frecuente con el cambio climático.

Y eso teniendo en cuenta que ya en los últimos 40 años los fenómenos meteorológicos extremos han sido responsables en Europa de entre 85.000 y 145.000 víctimas mortales y medio billón de euros en pérdidas económicas.

Recuerda la Aema que el verano de 2024 ha sido el más caluroso registrado en Europa y en el mundo y que sólo en los primeros nueve meses del año los incendios forestales destruyeron más de 370.000 hectáreas de bosque.

Solo en septiembre, las graves inundaciones afectaron a unos dos millones de personas en Europa Central, y a finales de octubre las lluvias torrenciales en España, sobre todo en la provincia de Valencia, provocaron la muerte de 230 personas y destruyeron viviendas y negocios.

«Estos acontecimientos son lamentables recordatorios del clima cambiante y volátil al que Europa debe adaptarse y prepararse, al tiempo que toma medidas para reducir drásticamente las emisiones de carbono a fin de frenar y limitar el cambio climático», subraya la Aema en su último informe.

Desde principios de este siglo, las olas de calor por sí solas han causado decenas de miles de muertes prematuras en Europa y la Aema espera que su duración, frecuencia e intensidad aumenten, lo que provocará un ascenso notable de la mortalidad, sobre todo en las poblaciones vulnerables, a menos que se tomen medidas de adaptación.

También prevé que la mortalidad achacable al frío disminuya por la mejora de las condiciones sociales, económicas y de vivienda en muchos países europeos, si bien admite que no hay pruebas concluyentes de si el calentamiento previsto conducirá a una reducción sustancial adicional de las muertes relacionados con el frío.

Así las cosas, esta agencia europea plantea que en el futuro el cambio climático afectará de distinta forma a cada región europea y agravará los fenómenos climáticos extremos que se producen de forma habitual.

Aumento de las precipitaciones

De este modo, en el norte de Europa es probable que aumenten las precipitaciones anuales y las lluvias intensas, y que las sequías sean menos frecuentes.

Mientras tanto, en la Europa central habrá menos lluvias en verano, pero también fenómenos climáticos extremos más severos, como precipitaciones más fuertes, inundaciones de ríos, sequías y riesgos de incendios, con cambios mixtos en las precipitaciones anuales y la aridez.

Al sur, las precipitaciones anuales y las lluvias de verano disminuirán y, al mismo tiempo, no se descarta que aumenten la aridez, las sequías y los riesgos de incendios forestales.

Y es que, como los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima varían según la región, las respuestas uniformes no son suficientes para hacer frente a la creciente amenaza que estos peligros suponen para la propiedad y la vida, advierte la Aema.

En este principio se basa la estrategia de adaptación de la UE, cuyo objetivo es que Europa esté mejor preparada para gestionar los riesgos y adaptarse a los efectos del cambio climático.

Al mismo tiempo se desarrollan actividades de preparación a nivel de la UE para ayudar a los Estados miembros a prepararse ante esos fenómenos meteorológicos extremos, por ejemplo con la puesta en marcha de sistemas de alerta temprana.