La medida afecta a las 25.000 hectáreas del regadío lorquino, para las que el agua se ha racionado mediante un sistema de cupos, similar al que se puso en marcha entre diciembre de 2022 y marzo de este año por la escasez de recursos hídricos.
En esta ocasión el agua a distribuir durante el mes de diciembre será un cupo de 175 metros cúbicos por hectárea para el regadío tradicional y de 150 metros cúbicos por hectárea para el regadío consolidado.
El presidente de la Comunidad de Regantes, Juan Marín, ha explicado que el calor, la falta de lluvias y de humedad ha hecho que los cultivos requieran un 30 por ciento más de agua y que los regantes hayan llegado a diciembre con un déficit de tres hectómetros cúbicos de agua.
Marín ha dicho que pese a la «preocupación» que ha generado esta situación la gente lo ha entendido, porque lo veía venir» ante la prolongada situación de sequía.
Los regantes confían ahora en que un cambio en la situación meteorológica deje precipitaciones que permitan regar las cosechas, aunque no descartan solicitar un riego de socorro a la Confederación Hidrográfica del Segura e incluso la apertura de los pozos de sequía que están cerrados desde el año 2020.
Para Marín lo importante es priorizar los cultivos que se han plantado en los últimos tres meses para poder salvarlos y para ello es necesario “paralizar los nuevos trasplantes” durante los primeros 15 días de diciembre, momento en el que la Comunidad de Regantes volverá a revisar la disponibilidad de agua para los productores lorquinos.
El presidente de los regantes ha pedido «comprensión y prudencia» a los agricultores ante el racionamiento del agua.
