«China ha recibido la invitación de la parte estadounidense y le da la bienvenida. Ahora las dos partes están en comunicación para (concretar) los detalles», señaló la fuente oficial.
La invitación se ha producido en un momento de escalada de tensión por la posible aprobación de una nueva oleada de aranceles en Washington a bienes importados chinos por valor de 200.000 millones de dólares.
China considera que «la escalada de las disputas comerciales no sirve al interés de ninguna parte», destacó Geng, quien subrayó que desde las últimas conversaciones que se celebraron en Washington en agosto ambos equipos negociadores han estado en contacto y han intercambiado su visión y preocupaciones sobre la situación.
La posibilidad de que Pekín y Washington retomen las reuniones y trabajen por buscar una solución al conflicto comercial ha sido bien recibida por las bolsas chinas, que cerraron la sesión de hoy con ganancias después de días consecutivos de caídas.
Así, las bolsas continentales de Shanghái y Shenzhen terminaron la jornada con subidas del 1,15 % y 0,65 % respectivamente, mientras que el parqué de Hong Kong repuntó un 2,54 %.
Los equipos de negociación chino y estadounidense ya han mantenido cuatro rondas de reuniones, y la última de ellas -celebrada en Washington y que tampoco dio frutos- estuvo encabezada por el viceministro de Comercio chino, Wang Shouwen, y el subsecretario del Tesoro norteamericano, David Malpass.
Ambos países ya habían celebrado tres encuentros antes del verano: primero se entrevistaron en Pekín a principios de mayo, luego se vieron en Washington a mediados de ese mes y decidieron poner «en suspenso» el conflicto, y a comienzos de junio volvieron a reunirse en la capital china.
No obstante, ninguno de estos tres primeros encuentros consiguió disuadir al presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a productos importados chinos (la mayoría tecnológicos) por importe de 34.000 millones de dólares el día 6 de julio.
Pekín respondió a ello con medidas análogas que impactaban a bienes agrícolas sobre todo (principalmente soja).
Posteriormente, entró en vigor una segunda tanda de gravámenes a productos chinos cuyo valor ascendía a 16.000 millones de dólares -completándose así la lista inicial que anunciaba aranceles a bienes por 50.000 millones- y China reaccionó de nuevo aplicando tarifas a productos estadounidenses por ese mismo valor.
Tras esas medidas se han sucedido las amenazas, sobre todo por parte de Trump, quien ha llegado a decir que estaría dispuesto a imponer aranceles a bienes chinos por un importe de hasta 500.000 millones de dólares