Según publica hoy la prensa del país, las aduanas chinas han emitido un aviso para reforzar la inspección de estos productos después de que se detectaran envíos que transportaban plagas que podrían resultar peligrosas en los puertos de Shanghái, Shenzhen, Qingdao y Xiamen.
La mayoría de ellas, asegura la Administración, no tienen registro de existencia en China, por lo que «representan una amenaza grave para la agricultura, la silvicultura y la ecología» del país.
A partir de ahora, las manzanas y los troncos importados de los Estados Unidos serán objeto de controles sobre el terreno y los posibles problemas se someterán a ensayos de laboratorio antes de que las mercancías sean liberadas.
Todas las mercancías que fallen las inspecciones podrán ser enviadas de vuelta o serán destruidas si la situación es grave, avisaron las autoridades.
La medida ha sido anunciada solo unos días después de que una delegación del Gobierno estadounidense encabezada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, visitara China para tratar de calmar las tensiones existentes por una posible guerra comercial entre ambas naciones.
Tras la visita no salieron acuerdos concretos para evitar un conflicto entre las dos potencias económicas, que arrancó en marzo después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara la imposición de aranceles a las importaciones de acero del 25 por ciento y a las de aluminio del 10 por ciento.