El brócoli también se ha visto afectado por el efecto de la inflación en sus consumos y, durante 2022, la demanda descendió en un 23 por ciento.
De este modo, los hogares españoles dejaron de consumir 22 millones de piezas de brócoli el año pasado y el consumo pasó de los 1.300 gramos per cápita de 2021 a los escasos 1.000 gramos de 2022. Y en esta realidad surge de manera significativa el peso que alcanza Cataluña en el consumo de brócoli fresco en los hogares.
Los catalanes acaparan el 25 por ciento de la demanda de esta categoría tanto de la mano de la distribución regional como de la distribución de alcance nacional.
El consumidor catalán es el tercero en demanda per cápita durante 2022 con unos 1.600 gramos por persona. Un espacio que lidera Navarra con más de 2.500 gramos per cápita, gracias a la disponibilidad que le genera su producción propia.
Por esta misma regla de tres, Murcia debería ocupar una posición destacada en la demanda de brócoli, pero sigue las cifras de la media nacional, aunque los murcianos son los españoles que más introducen una pieza de brócoli en sus hogares al año. El 63 por ciento de los murcianos introdujeron esta categoría en la cesta de la compra durante 2022, cifras similares a las de Cataluña y Aragón.
La oferta
El retractilado de 500 gramos aparece como el formato más propuesto por parte de las cadenas y los detallistas tradicionales. Sólo Mercadona y algunas tiendas de Carrefour se han lanzado con el granel.
La iniciativa de Mercadona está respondiendo gracias a que cuenta la referencia en el mural de frío. “Hasta que las cadenas no incorporen el brócoli en los murales de frío será difícil que los detallistas puedan sacar todas las ventajas al producto”, expone Toñi Piernas, presidenta del colectivo +Brócoli.
Y es que, sin mural de frío, el brócoli termina por envejecerse y hacerse de color amarillo y poco atractivo para el consumo.