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El campo murciano perderá 1.230 millones hasta 2030 por el cambio climático

Un estudio de COAG apunta a que la agricultura murciana podrá perder hasta 1.230 millones de euros de 2023 a 2030 por los diversos efectos del cambio climático, informó su secretario general estatal, Miguel Padilla.

Padilla dijo en la presentación del estudio que COAG ni es fundamentalista ni negacionista en torno al cambio climático, sino que se trata de una realidad que en el Arco Mediterráneo se ha visto que es donde más está afectando de toda la península, con una afección del 6 por ciento de pérdidas al año solo por desórdenes climáticos como lluvias torrenciales, granizo y heladas.

El aumento de la temperatura y de los fenómenos climáticos supone la reducción del rendimiento de los cultivos, la afección a la fenología de éstos y la reducción de su periodo vegetativo, así como la imposibilidad de poder afrontar la situación ante la falta de previsión.

La cuenca del Segura además se caracteriza por ser una zona de escasez de agua, de concentración de lluvia en invierno y de sequías frecuentes, con lo que el cambio climático supone un aumento de la evapotranspiración, la disminución de las precipitaciones y el aumento de los periodos de sequía, así como el incremento de la aridez y la falta de disponibilidad de agua para el regadío.

Si en el año 2010 hubo 96 días de sequía en Cartagena, 88 en Torre Pacheco, 65 en Lorca y 87 en Mazarrón, se prevé que en 2030 sean 109 días en Cartagena, 102 en Torre Pacheco, 75 en Lorca y 99 en Mazarrón.

Cultivos como el almendro se verán perjudicados en su floración, reducirán el periodo de polinización y tendrán merma de fruto, mientras que otros como los cítricos tendrán menor calidad y rendimiento. Si tenemos en cuenta que el 90 por ciento de la superficie hortícola es de regadío, se cree que el cambio climático podría poner en peligro la seguridad alimentaria en Europa.

Un aumento en 2 grados de la temperatura reduciría el caudal medio de agua en un quince por ciento, y bajarían un treinta por ciento las escorrentías, así como la recarga anual de acuíferos, lo que se califica desde Coag como una situación «muy grave».

La cuenca del Segura cuenta con 1.6000 hectómetros cúbicos de uso de agua, de los que 1.200 aproximadamente son para la agricultura y del total, el 30 por ciento procede de pozos y el 16 por ciento del trasvase del Tajo, recuerda el estudio, que añade que el Plan Hidrológico de la cuenca ya prevé una reducción de hasta el sesenta por ciento en las extracciones de agua para preservar los acuíferos.

El seguro agrario además no está diseñado para estos eventos y, por lo tanto, Coag considera crucial adaptarlo a esta nueva circunstancia, con una cobertura básica general con un precio atractivo que cubra daños importantes que no puedan estar controlados por el agricultor y que estén vinculados a las subvenciones.

Asimismo se reclaman indemnizaciones extraordinarias derivadas del cambio climático que procedan del Consorcio de Seguros y un mayor apoyo de todas las administraciones, así como un seguro agrario europeo.

La consejera de Agricultura de la Región, Sara Rubira, ha dicho a los periodistas que este estudio les avala para reclamar al gobierno central nuevas infraestructuras que ayuden a paliar la falta de recurso hídrico y un plan nacional del agua.